La leyenda del pez remo: la misteriosa especie hallada en Arica con fama de presagiar terremotos y catástrofes

Pez remo.

En las costas del norte del país fue encontrado un ejemplar de unos 6 metros de largo, hallazgo que en la cultura japonesa verían con terror... y acá posiblemente también, como buen territorio sísmico.

Durante las últimas horas se supo de un pez remo (Regalecus glesne) que fue capturado en las costas de Arica, con el icónico morro de fondo.

Se trata de una especie de pez óseo, es decir, que su esqueleto esta hecho mayormente de hueso, y no de cartílago como sucede entre los tiburones, rayas y mantarrayas. Posiblemente sea la especie más larga dentro de esta superclase de especies acuáticas.

El también conocido como “rey de los arenques” tiene forma de cinta y cuenta con aletas pequeñas, pudiendo llegar a pesar unos 200 kilos. Son chatos, delgados y poseen bocas pequeñas, compuestas por mandíbulas diminutas de dientes diminutos. No cuentan con escamas, su piel es viscosa y plateada. Se alimentan de krill, pequeños peces y calamares.

Dentro de listado de la Unión Internacional para la Conservación de la Naturaleza (UICN) el pez remo se encuentra en la calificación de “preocupación menor”. Fue descrito por primera vez en en 1772 por el zoólogo noruego Peder Ascanius. Aunque puedan tener una apariencia algo aterradora, no representan peligro para las personas.

Esta misteriosa especie, de la cual se han llegado a reportar individuos de hasta 11 metros de largo, suele habitar en las profundidades oceánicas, entre los 200 y mil metros bajo la superficie, donde el mundo marino es oscuro porque la luz no alcanza a penetrar. Solo se los ve en las alturas cuando están enfermos, quizá cercanos a la muerte.

¿Señal de sismos?

En la cultura japonesa, los encuentros con este animal son sinónimo del mal augurio, porque se considera que anteceden terremotos y tsunamis. Es más: los nipones lo conocen como “Ryugu no tsukai, lo que significa algo así como “Mensajero del palacio del dios del mar”.

También, según la mitología de la isla asiática, se lo vincula con la leyenda de “Namazu”, un enorme siluro (pez gato) que vivía en las profundidades de la isla de Japón, y que desataba fuertes terremotos y tsunamis cuando salía a la superficie.

“Los peces de aguas profundas —como el pez en cuestión— viven cerca del fondo del mar y son muy sensibles a los movimientos de fallas activas que los que se encuentran cerca de la superficie del mar”, explicó el sismólogo japonés Kiyoshi Wadatsumi, según consignó el sitio Página 12.

Así, estos nadadores podrían detectar alguno de los síntomas previos a un movimiento bajo el mar.

“Es teóricamente posible porque cuando se produce un terremoto puede haber una acumulación de presión en las rocas que pueden conducir a cargas electrostáticas, generando iones con carga eléctrica, que luego se transmitirán en el agua”, planteó Rachel Grant, profesora de Biología Animal de la Universidad Anglia Ruskin en Cambridge.

Un sismo “puede conducir a la formación de peróxido de hidrógeno, que es un compuesto tóxico”, detalló la bióloga. “Los iones cargados también pueden oxidar materia orgánica que podría o bien matar a los peces u obligarlos a abandonar las profundidades del océano y subir a la superficie”, y es que “procesos geofísicos detrás de este tipo de avistamientos pueden ocurrir antes de un terremoto”.

En cambio, “no hay ninguna evidencia científica para la teoría de que los peces remo aparezcan por grandes terremotos, pero no podemos negar 100% la posibilidad”, lanzó Kazusa Saiba, biológo del acuario de Uozu, Japón, informó CNN.

En tanto, Osamu Inamura, director del mencionado recinto marino, no descarta que podrían aparecer en aguas menos hondas siguiendo a su alimento. “Cuando su suministro de camarones se eleva hacia el plancton durante el día, el pez remo puede a veces seguir y quedar atrapado en las redes de los pescadores”, remató, abriendo el abanico de posibilidades.

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