“Todo arranca con la desaparición de un chico de 13 años”: Pabellón 57, el thriller psicológico de la escritora chilena Alejandra Díaz
La autora de libros como “El Libreto” y “El murmullo de los perdidos” lanzó su cuarto libro, su primer thriller psicológico. En una conversación de La Cuarta, la escritora habló de su carrera, las complejas temáticas que ahora el libro y por qué los thrillers generan dopamina “de la buena”. “Es una manera bastante bonita de generar neurotransmisores”, asegura.
En un hospital psiquiátrico, Gabriel, un estudiante de medicina que sueña con convertirse en cirujano, se cruza con una mujer perturbada cuyo hijo ha desaparecido en misteriosas circunstancias. En una carrera contra el tiempo, Gabriel y la policía buscan desentrañar un aterrador secreto y encontrar al menor antes de que sea demasiado tarde. Y así, evitar que se vuelva a repetir la historia.
Esa es la trama de “Pabellón 57”, el nuevo libro de la destacada autora chilena Alejandra Díaz. Su cuarta obra, pero su primer thriller psicológico. Una obra que “genera dopamina de la buena”,-según su autora- que mezcla el suspenso con el misterio y el crimen, con una historia atrapante y llena de inesperados vuelcos.
En una conversación con La Cuarta, Alejandra Díaz -autora y médico- entregó detalles sobre su nuevo libro, habló de su carrera, sus obras y las temáticas que aborda “Pabellón 57”.
“En estos tiempos en que las redes sociales hacen que la vida sea tan rápida y tan adictiva, todas estas plataformas lo que generan en nuestro cerebro es liberación de un neurotransmisor que se llama dopamina. Y la dopamina produce esta sensación de gratificación muy instantánea, muy rápida, muy simple. Lograr que la gente lea es difícil, sobre todo que empiece y que termine un libro”, expresa la autora al diario pop.
“Lo que tienen los thriller es que son lecturas de capítulo corto, adictivas, que te van atrapando hacia el siguiente y producen también un efecto dopaminérgico. Por eso tú sientes la necesidad de terminarlo. Y te genera finalmente esta gratificación de que efectivamente lo terminaste. Esa fue una de mis principales motivaciones para escribir un thriller, que quería que neurológicamente fuese atractivo y generara dopamina, pero como le digo yo, dopamina buena, que va asociada a la imaginación. Estas leyendo, pero también imaginando lo que ocurre, y a la vez estás creando, porque empiezas a ver quién puede ser culpable, qué pasó acá, etc”, detalla.
“Así nace la idea. Bueno, la idea nace con el final en realidad. Que sea un thriller fue un desafío para escribirlo también, porque además es adictivo para el escritor, no puedes dejar de escribirlo. Es un mundo fascinante, muy poco explorado aún en Chile como tal. Es un boom mundial, pero escritores chilenos de thriller somos pocos. Entonces ha sido también una pequeña aventura que me tiene muy contenta.
-Cuéntame más sobre las temáticas de Pabellón 57, la salud mental, los traumas, la ética de la medicina…
-El libro muestra un poco que el resultado final de nuestra forma de ser, de pensar, la capacidad de empatía, del lenguaje, de la comunicación, tiene mucho que ver con nuestras cicatrices, con nuestra historia de infancia. Hay gente que, por supuesto, logra cambiar eso, eso es lo que se llama resiliencia. No es un llamado a empatizar con los psicópatas. Eso es otro libro, porque de hecho, acá no hay un psicópata propiamente tal. Esto son heridas que te hacen pensar o actuar distinto y van con una intención que para esa persona puede ser buena. Y todo tiene que ver con lo que pasó en la infancia para todos. Todos tenemos una historia. Cuando lees el libro, a lo mejor no te identificas con el protagonista, pero sí conociste a alguien en la etapa universitaria que viene de un pueblo más pequeño, que tiene una madre trabajadora, que no tiene los recursos, que es el primero que llega a la universidad (...) Y es un libro que también te sirve, si tú lo piensas, un poquitito para empatizar con el actuar de la gente. Hay gente que no saluda, que no le interesa lo que le pasa al resto, que no es empática, y uno podría decir ‘ay, qué persona más pesada, más amargada o más frustrada’. Y quizá un poco el llamado a decir ‘a lo mejor algo tiene, algo le pasó, algo que impide que sonría como debiese sonreír’. Alguien en otra entrevista puso que el libro también era un llamado a lo que nos falta en cuanto al abordaje de salud mental como país, incluso como mundo. Y sí, totalmente. Todos tenían una historia en este libro. El policía, la otra chica, el otro detective que aparece al final, la sheriff, el mismo Gabriel por supuesto que es el protagonista, la madre del niño desaparecido también tiene una historia de la infancia. Entonces esa marca, cuánto nos afecta.
“Está basado en varios hechos reales que me tocó vivir tanto mi vida universitaria como ya en mi etapa más profesional. No es la vida exacta de alguien, pero sí hay escenas que me tocó vivir. Sobre todo en mi pasada por psiquiatría como alumna, muchísimos años atrás, cuando los psiquiátricos eran otra cosa. Y ahí salieron algunas historias. A mí también me tocó entrevistar al paciente, hacer los trabajos, hacer las tesis y muchas cosas que salen descritas, así como de texturas, de olores, de sensaciones, fue algo que viví. Y eso le da, yo creo, que un poquito más de profundidad y de realidad al texto por haber tenido la posibilidad de verlo y de vivirlo. Y se asuma a las historias que siguen contándome los pacientes y las personas que no son pacientes”.
-Este es tu cuarto libro, pero tu primer thriller. El primero era de narrativa contemporánea, un poco más romántico, el segundo tiene que ver con realismo mágico y ahora llegas al thriller psicológico. ¿Cómo es para ti, como escritora, pasar por estos distintos géneros literarios?
-Fascinante. Siempre digo que los hijos son todos distintos, a veces son los mismos padres, pero los hijos son muy diferentes. Esto es así. Los primeros dos libros que son ‘El Libreto’ y ‘El Oráculo’ son novelas de narrativa contemporánea, son dramas románticos, no son novelas rosas, no es ‘el príncipe azul’ con protagonistas perfectas. Ambientados en Chile y en España. Libros muy bonitos, muy bonitos como libros. De hecho, ‘El Libreto’ está en varios liceos y colegios. como plan lector obligatorio, porque es un libro que habla mucho del amor propio. Un libro que a mí me gusta muchísimo, y ‘El Oráculo’ también, que es una secuela, que ocurre diez años después del final. Los personajes se repiten y también hay otros personajes (...) pero podrías leerlo en forma independiente. Ambos dos libros muy queridos, tanto el público chileno como el público español, el público argentino y en México también.
“Después viene ‘El murmullo de los perdidos’, que es una novela de realismo mágico, pero donde ya empieza como a notarse esto un poco más psicológico, porque se trata de una niña que escucha a los muertos. Para escribir realismo mágico, como dice nuestra querida Isabel Allende, hay que haber tenido una buena abuela, una buena historia, una infancia muy latinoamericana y yo tuve ese beneficio. Tuve unas abuelas que me contaban historias espectaculares. Leí desde muy niña y es mi libro de realismo mágico, del cual estoy muy agradecida. Ha ganado buenos premios, lleva dos medallas de oro. Fue lo que me posicionó a nivel internacional. El año pasado ganó el premio Dolores Huerta al mejor aporte a la cultura en Estados Unidos. Y no es posible o es muy poco probable, porque nunca digas nunca, que yo escriba otro libro de realismo mágico. Porque esta es la historia que a mí me contaron, también modificada en algunas partes. Siempre hay tintes de realismo mágico, en mi escritura latina lo tengo, pero mi cabeza explota con los thriller. Para mí leer thrillers y escribir thrillers ha sido brutal, un gran desafío, es algo que me apasiona, que me encanta”.
-Entonces, ¿podrían venir más thrillers de parte de Alejandra Díaz?
-Es lo que viene. Ya está listo el nuevo thriller. Tengo el nombre, está listo el manuscrito, tenemos fecha probable para salir, en qué mes del 2026. Ahora ‘Pabellón 57’ tiene que tener su tiempo. Por mí sacaría dos al año, pero vamos a ver cómo va. Más que nada, esto depende del público, depende de la gente.
-Estuve viendo en redes sociales que estuviste recorriendo algunas librerías a lo largo del país. ¿Cómo fue esa experiencia también? ¿Cómo ha sido la recepción del público? ¿Qué es lo que te han dicho al verte, al leer este libro?
-Ha sido maravillosa. Yo he recorrido Santiago ya casi completo, tanto en librerías de cadena como en librerías independientes. Y en regiones, hicimos Osorno, Puerto Montt, Valdivia, Temuco, y en el norte de Antofagasta, por ahora. Post lanzamiento que es la próxima semana, el 28 de octubre, queremos hacer una segunda vuelta. Ahí dependemos harto el público también. Yo siempre digo: a donde me invitan voy. Hay un grupo de Talca que se ha manifestado. Yo feliz a Talca, si la gente quiere conocer y hablar del libro, feliz vamos. Y los libreros, los chicos que venden, son los más entusiasmados porque ya se leyeron en el libro. (Me dicen) ‘ven al Belloto’, y ya estamos viendo en qué momento vamos al Belloto también. La Serena también se manifestó. Alguien escribió Santiago Centro, yo ya recorrí Santiago Centro, pero quiero ver qué librería es la que quiere para ver si fuimos o no, si repetimos o no. Pero así se va sumando la gente y esto ha sido un ruido bonito.
-Con respecto a tu carrera, tú eres médico, ¿cómo nace este deseo por escribir? El primer libro lo lanzaste en 2021 y en este poco tiempo has tenido muchos frutos, y libros también.
-El público me ha tratado con mucho cariño, siempre he dicho lo mismo. Escribir un libro es un desafío, terminarlo, más que nada. El segundo desafío es ver cómo lo sacas, cómo lo distribuyes. Pero el tercer desafío, que para mí es el más difícil, es que el libro encuentra su lector objetivo. Porque si tú eres lector de literatura histórica, no te va a gustar un thriller, probablemente. Porque el thriller donde es tan rápido, no tiene tanto detalle, porque trabaja en conjunto con el lector, el lector también tiene que imaginar. Creo que hasta el momento mis libros han encontrado su público objetivo. La gente ha sido muy buena conmigo, muy cariñosa. Yo no me siento para nada una persona conocida, famosa, ni mucho menos, camino por las calles de todo este país y nadie me saluda, pero cuando estoy dentro de las librerías, la gente me reconoce y eso ha sido espectacular. No porque te reconozcan, sino porque es el libro el que se mueve. Estoy mirando un libro, y alguien se me acerca y me dice ‘perdón, tú por casualidad eres Alejandra Díaz’. Y me entusiasma, pero me pasa en el micromundo de la literatura.
“Y yo siempre digo, escribir un libro es muy silencioso, es un año de silencio en general, son tus personajes, la historia, uno mismo, muy metido, muy concentrado. Cuando el libro sale es mucho ruido, pero un ruido muy agradable que te genera energía para seguir escribiendo”.
-¿Cómo fue ese momento en el que decidiste escribir un libro, dedicarte a esto?
-Yo he escrito mucho cosas muy… no diría malas, pero no dignos a lo mejor de ser publicada. Es un proceso, hay que arriesgarse y hay que tratar. Esto partió conmigo a los 10 años. En pandemia, yo ya tenía tres manuscritos, que eran ‘El Oráculo’, ‘El libreto’ y ‘El murmullo de los perdidos’. En pandemia a todo el mundo le pasó algo, todos dijeron ‘hay que hacer algo con la vida’. A todos nos vino este golpe de que la vida no es una monotonía, no es simple y que te puede pasar algo en cualquier momento. Ahí dije ‘tengo estos tres manuscritos, yo sé que soy médico y trabajando a full en ese tiempo en el hospital, la consulta (...) Veamos qué pasa’. Y ahí lo lancé sin saber nada del mundo editorial. Lo lanzo directo a España, fue ‘El libreto’, y allá tuvo una buena acogida. Me dijeron: ‘puede ingresar, creemos que es un buen libro’. En ese momento ya ni siquiera tenía Instagram, lo cree por el libro. (Me dicen) ‘no tienes seguidores, no te conoce nadie, nunca has publicado nada, pero el libro tiene potencial, tiene una buena historia. Lo que nosotros te sugerimos es que va a salir en una tirada muy baja, con muy pocos ejemplares, pero va a entrar al pool de libros nuevos de nosotros’, que en ese tiempo era Penguin. Y va a entrar a una categoría especial que se llama ‘Categoría de principiantes’, se llamaba ‘Óperas primas’. En ese momento mi cabeza (me decía) ‘no pierdes nada’. Iba a ser leída por cinco personas, incluido mi mamá, mi papá, mi hermano y si es que. Dije ‘démosle, con tal de que yo tenga un ejemplar en mi casa, no quiero más’. Y finalmente al libro le fue muy bien, muy bien recibido por el público español. Entra a esta categoría de talento, un mes de septiembre, (me llega) un correo electrónico que dice ‘Alejandra, estás dentro de los cinco finalistas del premio talento, por ‘El Libreto’. Me dijeron ‘tienes que venirte a España, porque la premiación es acá’. Fue una experiencia bonita. Por supuesto, no me gané, ganó un colega español. Yo saqué el segundo lugar, que fue el premio Publisher Weekly, que lo dan los periodistas por mejor potencial comercial. El evento fue espectacular, fue arriba de un barco en el río Guadalquivir. Yo nunca me hubiese imaginado algo así.
-¿Cómo llega el libro a Chile?
-’El Libreto’ llegó a Chile a través mío. La editorial no jugó con eso. El tema de que nadie me conociera, para ellos era vital. En España se vendía, pero acá no me conocía a nadie. Y eso para mí nunca fue un motivo de desaliento. Todo lo contrario. Yo pedí los derechos para Chile y de esa manera lo pude sacar, lo pude distribuir. Está en algunas librerías, se suele agotar muy rápido y principalmente se distribuye a colegios. Tal vez en algún momento, porque no lo sabemos, va a haber un revuelo y vuelve a salir ‘El Libreto’ y ‘El Oráculo’. “El murmullo de los perdidos’ sí está en todas las librerías del país. Mi gran avance en Chile fue con ‘El murmullo de los perdidos’ que llegó a librerías y ganó dos medallas de oro, una en 2023 y el 2024.
“Después de eso aparece Zig Zag. O sea, yo me presento en Zig Zag, como en muchos otros lugares, con una cantidad de cierre de puertas increíble. Y ahí está mi llamado también para todo el mundo, jamás rendirse. Nunca, nunca. Y tampoco es algo que hay que tomárselo como personal, lo que tú haces lo hacen cien mil personas más. Tener que decidir entre uno y otro, no significa que seas mucho mejor, o mucho peor, o que te falte, son varios factores en el fondo que se evalúan. Cuando yo envío el dossier a Zig Zag, mi agente y mi editora, que es maravillosa, me escribió muy pocos días después, vimos todos los proyectos y todo lo que yo le conté que tenía pensado, los manuscritos que ya estaban también. Entre ellos estaba ‘Pabellón 57’ y también ‘El Oráculo’, que no había salido propiamente tal. Y ella miró, leyó varias cosas y me dijo ‘Es Pabellón 57’. No existe ninguna mujer en Chile tan consagrada que escriba thrillers, que además tenga esta capacidad médica de trabajar un poquito con la mente de los personajes, así en forma más profunda. (...) Me ha tocado un tremendo equipo con Zig Zag, un equipo de marketing comprometido, que también se leyeron todos en libros, que lo ha logrado posicionar en vitrina. Y eso también lo ha hecho muy bonito. La experiencia ha sido espectacular, llegar a librerías a firmar, ha sido caóticamente hermoso, caóticamente hermoso”.
-¿Por qué la gente debería leer “Pabellón 57”?
-Primero porque hay que apoyar al autor nacional. No vamos a hacer spoiler. Todo arranca con la desaparición de un chico de 13 años. Es una historia familiar que se repite y una madre perturbada. El escenario es un hospital psiquiátrico, el enigmático Pabellón 57, donde un estudiante de medicina que quiere ser cirujano, se ve envuelto sin querer en una investigación policial y en una frenética carrera contra el tiempo. Es un libro de capítulos cortos, muy rápido de leer, que tiene muchos vuelcos en la historia. Que tiene un narrador en tercera persona, que es una especie de copiloto que te va diciendo su propia opinión a través del libro. Y que tiene un final que espero que les haga dar vuelta la cabeza, que es uno de los objetivos principales del thriller. Que genera dopamina, pero dopamina de la buena. Es un libro que puedes perfectamente terminar de leer. No lo vas a abandonar, vas a partir y en dos, tres días a lo mucho, podrías terminarlo. Es una manera bastante bonita de generar neurotransmisores. Esa es mi invitación.
-La historia ocurre en Mérida, ¿España?
-No, no dice cuál Mérida. Hay una en México, hay una en Venezuela y hay una en España. Yo en algún momento pensé en crear un lugar ficticio, porque si tú te fijas tiene escenas que te transportan a muchas partes en tu cabeza. Es una novela que transporta a distintos escenarios, ocurre en un solo lugar, pero las descripciones en algunos pasajes, te hacen evocar lugares diferentes. Hay favelas, hay carreteras abandonadas con cafeterías de paso, hay recuerdos de internados en Londres. Hay un hospital psiquiátrico que no es exactamente el clásico hospital psiquiátrico chileno ni español. Tiene frases sobre todo del coprotagonista que es el policía, que son esta pareja policíaca son la antítesis, él es muy de la vieja escuela, ella es mucho más activa. Y él tiene comentarios muy españoles. Él es su clásico español, igual que el narrador. Y por eso me costó tanto ambientarla. Yo la había ambientado en España en un inicio, pero después me di cuenta que tenía muchas cosas que no eran tan españolas y por eso le puse Mérida, pero no le puse cuál Mérida, porque tiene este toque latino también. No es una novela 100% española, porque yo además soy una autora chilena. Y no pierde el chilenismo la novela, sobre todo con el protagonista, Gabriel es un clásico chileno.
“Es una Mérida inventada. Y da la puerta para que el lector se la imagine donde se la quiere imaginar, porque al estar también en Venezuela y en México, me da este este abanico más latino. Y al estar en España, también da esta cosa policíaca muy española que tiene que tiene este thriller”.
Este 28 de octubre se hará el lanzamiento de “Pabellón 57” con la autora Alejandra Díaz, en el Colegio Médico de Chile.
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