Ventanita Sentimental

Alucina con el cuero de su suegra

Doctor Cariño:

No sé qué hacer, pero siento una atracción dantesca por mi suegra. Tengo 24 años y pololeo con mi mina hace tres meses. Pero cuando ella me invitó a la casa a conocer a sus papás, me encontré con una mujer que excita a cualquiera, doc. Es como si fuera la Marlen Olivari, pero pelirroja. Tremendo cuero. Es XL, mide uno ochenta y dos. Es como para escalarla.

Cuando me saludó, quedé mudo, no me salió el habla y al darse vuelta para ir a la cocina, fue peor. Me encontré con un bombón impregnado en un jeans ajustado. Después de eso, a mi polola no la quiero ver ni en pintura. Pero a mi suegra sí. Y ella sabe que me tiene loco y me tira los cortes. Ahí estoy como un fierro debajo de mis tolompas y cachando qué onda.

SATANÁS

Mefistófeles:

Para qué miéchica se va a meter en un lío, si lleva tan poquitito con su polola. En tres meses no se consagra el amor, así que es el momento de que agarre la moto y parta a pasarse rollos con otra mina y no con la Mansa Woman, que seguramente debe ser como para servírsela sin servilleta. 

Pero como usted será un buen hombre, va a dejar pasar ese manjar maduro para evitar que su polola sufra o con el fin de que el padre de ella, es decir, el esposo de la vieja rica, le de vuelta el caracho de un cornete monumental. 

Eso sí, si va a huir, porque es obligación irse de ahí, sea caballero y diga que quiere estar solito. Para qué va entrar en detalles de que partirá con rumbo desconocido, porque no aguantaba las ganas de agarrarle el cuero a la vieja encachá. Quédese con el recuerdo de ese forro caminando y busque nuevos horizontes. Es joven aún.

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