Maestro:

Asumo que hoy será el peor día de mi vida, mi señor. ¿Por qué, se preguntará usted, si hoy es el Día del Amor, San Valentín? Es que llevo tres meses fuera de la casa, viviendo solo, ya que me peleé con mi patrona tras 20 años de vida en común. ¡Y todo por una negra con así el forro que se me presentó y no pude evitar! Luego me desempoté y desperté solo y sin el amor quieto de mi wife, ese dulce y a fuego lento. Sé que ella espera una disculpa de rodillas y un mea culpa monumental. Y estoy dispuesto a caminar sobre piedras ardiendo. Pero... me da vergüenza, jefe. Me siento mal. Ayúdeme, mire que estoy con la feroz depre.

ALDO

Don Aldo:

Primero le tiraré las orejotas por mandar a la chuña el amor de su mujer y sus hijos. “Agilao” diría un amigo chofer que es como piraña pa’l mastique. Y es doble “agilao”, porque se queda pensando leseras sobre si puede o no puede y que esto y lo otro. ¡Pamplinas! Aproveche el envión del Día del Amor y aparézcase con flores, bombones y la cola entre las piernas para lograr el perdón y prometa que nunca más. Ya, no sea “agilao” y coma harto marisco y una hierba mapuche que se llama palhuén para responderle como toro a su dueña, que debe ansiar que le den cuerdita a su reloj.