Doctor: 

Ando más arriba de la pelota pensando en un gallo que no sirve para nada, pero me deja loca en el ring. Soy soltera de 33 años. Hace casi tres años me pidieron matrimonio y me arrepentí por el amor al carrete. Así que preferí no pololear más.

Ahora salgo con unas amigas más jóvenes que yo y ahí lo conocí a él: un bailarín de una salsoteca.

Es cubano. Imagíneselo doctor. Con dos meneos me manda a freír monos al éxtasis mismo. Es casado y no me importa. Y tampoco me interesa tener una relación con él. Lo que sí anda más pato que ocho. Tengo que pagarle el motel, los maníes y hasta las bebidas. Pero él me cumple. Quiere que lo invite a Buenos Aires. Me dice que es su sueño. Y a cambio me ofrece la chuchuca. Jajajá.

No gano mucho en mi pega, pero estoy que pido un préstamo para secuestrarme a este negrito que está convertido en un bombón de chocolate. Usted me dice y yo lo hago. Si no, no.

Rubia

Rubia loca:

No le puedo decir que anda con el vestido de novia en la cartera, porque no está ni ahí con pisar el palito. Anda en la chauchera con puras ganas de morfarse hombres. Tiene que tener cuidadito. Es que con amigas más jóvenes lo debe pasar la erre. Sobre todo cuando le paga las cuentas a ellas, se acercan tipos fornidos que la sacan a bailar y le dicen a la oreja que usted es la mina más rica de la salsoteca. Lo mejor de todo es que existen minas de 33 años que la compran entera y que después se endeudan en dos pasajes a Buenos Aires en 50 cuotas para invitar a un cafiche que se ríe de ella y más encima se la sirve por amor a la Patria. 

No sea tonta mi niña. El hombre del habano de carne no tiene ningún interés extra cafichismo. La quiere dejar sin ni uno (o “Pol Niuman” en lenguaje inglich), endeudada y sola. 

Él le va a sacar todo lo que quiera. Sea cubano o chileno. Es la actitud, pues. Si un hombre tiene los calzoncillos para decirle a una minoca que lo invite a pasear a cambio de sexo, es porque tiene dos patas más largas que la fila del Metro Baquedano. 

O sea, usted tiene que tener dos dedos de frente. Aunque sea leseo y no sienta amor por el grone, no haga nada. Mejor plánchese la cara antes que le planchen los bolsillos.