Trabajo hace 10 años en una sanguchería y completería del centro de Santiago y veo pasar de todo, desde artistas de capa caída hasta empresarios forrados, también su viejita que viene por el chacarero sanito y una diosas de la noche que se comen su tocomple atravesadeli. Hay una de estas últimas que está pa’ la tele y que cada vez que viene por su salchicha me mete conversa y en una de esas me la tiró seca: “¿Querís salir conmigo, sí o no?”. Me quedé con así la sanguchera abierta, luego me tiritó la pera, pero me recompuse y le dije que sí. Y aquí estoy, feliz de haberme conseguido “la” mina, que me quiere, es olorocita, limpiecita y me anuncia que se va a retirar de las pistas, que quiere vivir conmigo, que compremos una casa y que pongamos un negocio. Mi duda, caballero del amor, es si puedo tener algo serio con ella, si puede ser la dueña de mi cuchara.  Eso.

CUEVAS

Señor caverna:

Sí, así, tal cual, porque Cuevas le queda chico. Se halló flor de mina, olorosita, limpiecita, que lo quiere y que además debe saberse al revés y al derecho el Kamasutra en sus formas teórica y práctica. Ahora, eso de que sea una ninfa con taxímetro a punto de pasar a retiro definitivo es una anécdota. Aquí lo importante es lo que diga su “zoronca” y si el que late le dice que sí, tírese a la piscina y haga su vida con ella. Además es industriosa y con visión de futuro, ya que está cachando que en el mercado de la carne en el gancho el paso de los años es cruel como todo mercado. Y piense también que usted a sus cuarenta y pico no se va a pasar la vida entera haciendo sanguruchos y tocomples. Amigo, si la quiere deje de lado sus prejuicios y juege.