Doctor Cariño:

Estoy preocupada porque el otro día estábamos con una pareja cercana en su casa. Fuimos con mi hijo de 19, pues había terminado con su polola y se sentía triste.

Cuando dieron las 23.00, decidimos retirarnos con mi marido y nos dirigimos a un dormitorio a buscar a mi niño y estaba en pelotas con la hija mayor de nuestros amigos, que es casada y de Osorno. Ella se había venido a la capital a hacerse unos exámenes y pasó esto.

Mi esposo agarró a patadas a mi cabro y nuestros compadres no hallaron qué hacer.

Josefa

Ay, mi Jose:

Es que los cabros de hoy son chupacabras. Y lo que pasó fue de locos nomás. Primero, los dos personajes sorprendidos son adultos. Está claro que cometieron un error.

La mujer es casada, el calentón es un soltero despechado. Pero más allá de ello tuvieron cero respeto. Yo que usted le pego una buena retada sin violencia al jovenzuelo y le recomendaría a la pareja de amigos que hablen con el esposo de la señorita engañadora y cuéntenle todo. Va a quedar la tendalada, pero es necesario transparentar las cosas.

Lo digo para que el gorreado sepa igual.

Tus consultas y dramas de tipo amoroso pueden aparecer en la Ventanita Sentimental si las mandas a doctorcarino@lacuarta.com