Estaba cachudo y la pillé. Sí, la pillé en el mismo bar donde nos conocimos hace 10 años y que después terminamos casados.

Se sentó en la misma mesa para agarrarse a calugazos con un ex compañero de curso mío.

Claro, los encaré, se pusieron nerviosos y me confesaron que se conocieron por Facebook, se juntaron y que tienen una relación de hace seis meses.

Me puse a llorar, me pidieron que los acompañara con un trago y comenzamos a beber.

Dentro de mi pena y estado de embriaguez, ella me pidió que la perdonara y que la dejara despedirse del hombre.

Yo aguanté de puro enamorado. Y al final terminamos los tres juntos en su departamento.

Me siento sucio, no quiero verla y menos mal que no tenemos hijos.

Juan Carlos

Juan-K:

Su historia es más falsa que charchazo de payaso y debo decirle que la publiqué sólo de caballero.

Mal contada y si llegase a ser verdad, creo que debería responderle que usted es un hombre al que le falta un cerebro de verdad, que es un cornudo terrible y que es un pajarón.

Y que ella es una cochinona que lo engañó con alevosía, ocupando el bar donde juntos se enamoraron.

Le pide perdón, usted la acepta y, más encima, se fue por un trío.

Si se siente sucio, vaya a bañarse y de pasadita lávese el cerebro, porque está hablando puras cabezas de pescado.

Tus consultas y dramas de tipo amoroso pueden aparecer en la Ventanita Sentimental si las mandas a doctorcarino@lacuarta.com