Ventanita Sentimental

Llora como Magdalena

Estimado Doctor:

Tengo mis ojos sin lágrimas. No me queda ni una pizca. Fui hasta un siquiatra para que me diera pastillas para dormir, porque a mi marido lo pillé hace dos semanas pilucho con nuestra nana. Estaban los dos pegados como quiltros, y yo vi esa situación que me dejó helada.

Hasta ahora no se me olvida aquella escena a cada rato y sólo pienso en eso. Igual ya no pasaba nada entre nosotros hace tiempo. Y más encima a mí me estaba gustando un compañero de la pega. Habíamos hasta salido, pero no pasó nada.

Y cuando ese día llegué a la casa me dio pena, rabia, se me olvidó lo de mi colega y me he puesto a sufrir. No sé si perdonarlo o no. Pero estoy mal. ¿Por qué será?

Magdalena

Magda:

Si está más triste que un bolero es porque tuvo que pasarle algo así para darse cuenta de que a su marido lo ama más que la ñoña. 

No lo estoy justificando al hombre, pero creo que quizás él vio en su nana lo que usted no le estaba dando. Obvio pues, si la perla andaba jugando a las pilladitas y a las saliditas escondidas con su compañero de trabajo, mientras el amo de su casa veía tele esperando que llegara la jefa del hogar. Y cuando llegaba no lo agarraba ni en subida ni en bajada. 

Y ahí vio en la mujer del aseo una fiel compañera que lo terminó por conquistar. Esa es la versión machista en todo caso. 

Pero la posta de la posta es que ambos se mandaron el patinazo. Porque teniéndose al lado no saben disfrutar lo que es la pasión de un matrimonio. Hay tantas golosinas para quedar como tetera. 

Cambie las poses, cómprese cremas. A él oblíguelo a bailarle, a comerle la color debajo de una mesa de un restorán. Sean malulos y así no tendrán que recurrir a sucursales para salvarse en lo sexual.

Claro está que hay que despedir a la señorita que los atiende.

Lo último

Lo más leído

Cotiza y compara todas las marcas y modelosPublica tu auto acá