Doctor Cariño:

Soy un fanático de la lucha libre. Pero ojo, no de los que ven esas mentiras por la tele. Me gusta la versión B, la chilena, de ir a verlo en persona una vez por semana al ring. La verdad es que soy seguidor de una peleadora en especial y creo que me enamoré. Ella me conoce de hace años y después de verla en camarines me lanzó una propuesta que no puedo creer: me invitó a salir. Todo me resultó de ensueño: la cena, el paseo, los tragos... hasta llegar a la cama. Ahí ella me trató como un contrincante. Me hizo unas llaves, se me tiró con el codo al pecho y terminé con un ojo morado. La adoro, pero temo por mi integridad.

Míster Chile

La Momia:

Veo que usted no tienen tendencia masoquista. A usted le gusta mirar cómo se hacen daño el resto. Es algo así como un sádico, pero inofensivo. Cumplió el sueño de tener a esa luchadora a su lado y si tanto le gusta luche, al menos mentalmente, para hacerlo durar. A lo mejor ella le quiso cumplir un deseo golpeador y se equivocó. Y si teme tanto por su integridad física y quiere evitar que la cama se transforme en ring, hable con la dama y exprésele que usted prefiere hacerle cariño al contrincante en vez de someterlo. Éxito, campeón.

Tus consultas y dramas de tipo amoroso pueden aparecer en la Ventanita Sentimental si las mandas a doctorcarino@lacuarta.com