Doctor:

Me decidí a escribir. Y es a raíz de mi desesperación, porque me enamoré de la mamá de un amigo. Sé que es común cuando una mujer es guapa y madura y un cabro más joven la persigue. Pero acá hay el manso atado.

Mi amigo vive con su madre y padre. Y yo, hace dos semanas me metí con la señora, a escondidas de ambos. Ella me pide una relación, la amo y le dije que sí. Imagínese lo que estoy viviendo. A todo esto, mi compadre es karateca y de seguro me va a sacar la cresta si se entera de todo esto.

Pero la mujer es extraordinaria. De partida mide 1,75 y es argentina. O sea, imagínesela cómo debe ser. Yo estoy obsesionado con ella y creo que me la voy a jugar igual. Por eso le escribí para que me dé su punto de vista.

JUGUETÓN

Amigo, y no sé si tan amigo...:

Lo que pasa es que se metió en las patas de los caballos, argumentando de que esto “es común cuando una mujer es guapa’’. 

Eso es  estar enfermo del cráneo, mi guacho. Así de simple. Está cantando afuera del tiesto, porque está jugándole chueco a su compañero y más encima al padre de él. La mujer es brava y una mala persona también, ya que las consecuencias de esta relación podrían terminar en un escándalo gigantesco. 

Por más que sea rica la hembra, tipo vedette che, onda Selva Mayo, usted no debió haberse inmiscuido ahí. Pero no, el califa igual se involucró. Y eso que la “ama’’ no se lo compro. 

Ojo, que por estos días le va a llegar un maguachi en el hoci tras un certero golpe de su ex amigo. Bien merecido lo tendrá, a no ser que actúe inteligentemente y elimine totalmente esta relación turbia.