Váyase sentando, que no quiero mandarlo para el otro mundo con mi mansa historia. La cosa me tiene tan maniado que necesito su sabio diagnóstico.

Mi síntoma principal es que paso afiebrado y con tanta calentura el niño alucina, se me vuelve loco y se pone a visitar a cuanta niña cacha a su paso. Así fue que se topó con dos cachorritas comprometidas, pero más coquetas que poodle de exhibición. Y como esa parte de uno no piensa, le di con todo a las dos. Hasta que duela, como se dice. No por nada me pusieron "el Padre Hurtado". Pero no soy tan buenito doc, porque a las minurris me las conocí tomando once dentro de la casa de mis viejos, ya que una pololea con mi hermano, de 17, y la otra con mi carnal, de 20. Yo soy el mayor, tengo 23 años y debería andar "dando el ejemplo", pero en vez de eso, sólo les ando "dando" a las cabritas sin que mis hermanos sepan nada, y como alcanzo para todas, la otra gorreada de este cuento es mi polola.

Los pobres giles no se enfermarán nica este invierno con el manso gorro de lana que les chanté mientras las otras se pegaban cabezazos en el catre. En el fondo de mi ser, sé que está mal, pero cuando las loquitas lo miran a uno riéndose y agachan la cabeza, ¿es porque esos huevitos quieren sal, cierto doc? Y bueno, yo se los di no más, de puro generoso que soy.

Pero si usted creía que la cosa estaba más fea que la cuestión de la María Juana en Yingo, espérese a escuchar lo que viene ahora: las dos pololas de mis hermanos están embarazadas, y de más que el pase gol lo hice yo en uno de esos movimientos telúricos que nos pegamos a escondidas. Y eso me tiene loco, la verdad no sé qué hacer doc, y después de esto, me quiero morir. ¿Qué dirá mi polola? ¿mis hermanos?, ¿mi familia?, y lo peor de todo es que las peucas están embarazadas, y ni siquiera entre ellas saben lo que ha pasado. Estoy pensando seriamente en virarme, ir a ver el partido a Mendoza y no volver nunca más. ¿O me quedo para que me linchen por califa? ¡Ayúdeme!

DESESPERADO

Profeta de Preñalolitas:

¿Me está agarrando para el fideo? Me va a decir que nunca le contaron que chapotear sin salvavidas dejaba huir a los pececillos y, aparte de agarrarse cualquier cochinada, podía terminar con pejesapos parecidos a usted, batracio? Se pasó de irresponsable y tonto pavo. Al final, usted que tiraba pinta de canchero, terminó siendo enfermo de asopado. Y para qué le digo que sus cuñaditas no eran nada niñitas de su casa. 

Es de esperar que las lolitas no tuvieran la costumbre de hacer ejercicios plásticos con ningún otro chascón, porque si no, esto no va a terminar jamás. Las posibilidades son pocas, merme. La primera es que sea machito, cuente la dura y reciba todos los combos que se merece. Cuando el hocico se le deshinche, pida un test de paternidad a las cabras que se puede hacer con el crío aún en la guatita de las irresponsables de sus madres. La otra es que se haga el polinesio y le pase el domingo siete a sus hermanos. Pero dígame una cosa, ¿las niñas llegaron a aplicar su talento matiné con usted y vermouth con su hermano? Le tienen que haber estado dando parejito, porque si no, las lesas tendrían una mínima idea de quién es el padre de su pergenio. Apriételas, pero no de ese modo, para que suelten la pulenta y usted pueda decidirse. Por mientras, usted plastifíquesela y vaya buscando una pega que le permita alimentar a dos al hilo. Por si las moscas, gil.