Doctor:

Estoy un poco preocupado. Estoy soltero, no tengo ningún compromiso, pero mi problema es que soy carabinero y me enamoré de una niña que vive al lado de la comisaría. Obviamente que no voy a dar nombres ni lugares.

Pero mi problema va en el tema de las jefaturas, pues no sé si debo cortejar a esta joven, o hacerme el leso, pues puedo tener problemas. Yo estoy feliz en la institución, pero debo reconocer que preguntarle algo así a mi jefe directo me da lata, ya que hace pocas semanas me trasladaron a este lugar y la confianza aún no se ha materializado. Le pido con mucho respeto este consejo, y ojalá me pueda ayudar.

El hombre de verde

Señor carabinero:

Primero tengo que felicitarlo por su lenguaje tan fluido y correcto. 

Se nota que quiere a los "paquitos" y les tiene respeto. 

Aunque no lo crea, su doctor regalón se comunicó a nivel bacán con los verdes. 

Un  jefazo le mandó un recado: "dígale a ese uniformado que puede enamorarse y hacer lo que quiera sin desproteger la ley. Ojalá le resulte el amor". Lindas palabras. 

Pero yo le digo: hágala como caballero, porque si se manda un condoro, el general director le va a poner la PLR en honor al Orden y Patria. Por eso le doy tres consejos. 

Uno: vaya donde la vecina, idealmente sin uniforme. Vaya con la luma de carne y con ropa de "paisa". 

Dos: no se ande quebrando con los familiares de la niña de que es el dueño de la ley y que es el más capo de todos los capos. 

Y tres: protéjase si le llega a saltar la liebre con la princesa, pues un condorazo en plena carrera policial le puede pasar la cuenta. Lo que sí, trate de no ponerle tan bueno en la lucha cuerpo a cuerpo, porque hay lanzas que pillar y corren terriblemente rápido. Si es chofer, hágase pebre nomás. 

Feliz Año Nuevo y que su niño "duerma tranquilo".