Doctor Cariño:

Vivo con mi suegra en una casa de dos pisos. Ella pernocta arriba y yo abajo con mi señora y mis mellizas de 3 años. Con todo esto del encierro, a la señora le dieron ganas de bajar a nuestro piso e instalarse en el living todo el santo día. Le juro que paso por atrás y se me matan las ganas de pegarle un cachamal o sacarle la lengua, pero no, aún la respeto. Pero me queda poca paciencia… Y el problema es que si subo al segundo piso, ella tiene el Mal de Diógenes y es un chiquero todo. Para qué decirle si puedo pegarle un agarrón a mi señora en la cocina o en el living. Estoy atado de manos y mirándole la cara a esta veterana que ya no la aguanto.

Milton

Mijito:

Me da mucha impotencia no poder ayudarlo. Pero creo que es el momento de que hable con su mujer para que aprovechen de matar el tiempo y suban a limpiar el basural podrido que hay en el segundo piso. Si su suegra quiere bajar a matarles la intimidad, que lo haga. Es una mujer mayor y se le debe respeto. Pero ella tendrá que aceptar que su yerno y su hija le hagan un buen aseo a su chiquero maloliente con el fin de ser una alternativa para transitar en familia. Si ella se mete abajo que dé la mano para jugar arriba. ¿No cree? Todos ganarán. Bótele todos sus cachureos nomás. O que ella escoja.

Tus consultas y dramas de tipo amoroso pueden aparecer en la Ventanita Sentimental si las mandas a doctorcarino@lacuarta.com