Doctor Cariño:

Nunca pensé que me iba a enamorar de una mujer que todos los días pasa en bicicleta. Acostumbro a regar por las mañanas, y por orden de mi señora.

Tengo un turno vespertino, así que a primera hora me levanto, saco la manguera y le echo agua a las plantas, hasta que pasa ella: buzo blanco, polerón ajustado y pelo rubio al viento.

Todo normal hasta que ella me pidió agua. En la del galán fui a buscar jugo y de ahí empezamos a conversar hasta que le saqué el número telefónico. Hemos hablado tres veces y el viernes pasado nos juntamos en un bar.

No le voy a mentir, pero estaba listo para llevarla a un motel, pero mi ángel de la guarda me dijo que no. Mi esposa me ignora, y esta mujer me gusta y me toma en cuenta. Dígame, mi doc.

Boris

Don Boris:

Supongo que es jovencito casado, por su forma de hablar. Pero creo que más allá de andar pasándose rollos con la mujer sobre dos ruedas y de albo buzo, debería pensar qué está pasando en su matrimonio que lo hace pensar en una infidelidad.

¿Será usted el hombre latero que no genera nada en su esposa? Motivos para no tomarlo en cuenta ella podrá tener. Capaz que esté equivocado, pero si ella no lo infla capaz que usted sea el malo de la película.

A favor tiene que no actuó enseguida con la mujer en el bar. Sin embargo, hable con su mujer primero y analice la situación.

A la deportista aléjela por ahora y sueñe con ella al mirarla en las matinas. Es lo mejor. Siento que aún puede arreglar su situación marital.

Tus consultas y dramas de tipo amoroso pueden aparecer en la Ventanita Sentimental si las mandas a doctorcarino@lacuarta.com