Doctor Cariño:

Hace 30 años me casé para mitigar mis penas por culpa de un infame que me dejó botada de un día para otro. Nunca le puse fichas a mi marido, fíjese, y esperaba que con el tiempo se convirtiera en el sujeto que me abandonó... Pero no fue así, porque en la cama, donde se ven los gallos y las "gallas", nunca fue muy ocurrente.

Yo siempre extrañaba al malvado, al malo, al maldito, al libidinoso y cada día, cada noche en que yo buscaba intimidad y una fiesta... me aburría. En fin, pasaron los años y, por esas cosas del destino, mi marido dejó de tocarme, de mirarme, de desearme, a pesar de que yo soy mina, así me lo dicen los cientos de admiradores que tengo. Los tengo babosos en las redes sociales, pero yo no entrego lo que es de uno solo.

Hace poco lo vi. Está viejo, pelado y pobre, aunque sin guata y con esa mirada de malo, de bestia. Hicimos tilín y tememos una cita en un lugar. ¿Voy?

Rosalía

Mi Rosy:

¿Sabe qué? Déjese de meter la cabecita al guáter por un maldito que la dejó. Si ya ha pasado tres décadas con su peor es nada, por último es su marido y el padre de los hijos o hijas que deben tener. Mire, el consejo de su doc es que le muestre al pánfilo los mensajes que le dejan los babosos de sus admiradores en redes sociales y le saque sana pica. ¿Sabe?, a lo mejor no es que la desprecie, sino que debe cachar que usted quedó peinando la Barbie por otro y que, haga lo que haga, no le llega a los talones.

Eso por las caras que usted debe ponerle cuando el hombre tiraba las manos, así como de desprecio. Pero es cosa que usted le dé la chance, lo engatuse, le ponga pelis eróticas y se haga una performance de stripper. Pero no se caiga al camastro con el sátiro ese. Por último, guárdelo como última chance si nada funciona con el oficial.

Tus consultas y dramas de tipo amoroso pueden aparecer en la Ventanita Sentimental si las mandas a doctorcarino@lacuarta.com