La Corte de Apelaciones de Santiago ratificó la condena contra Banco Ripley, que deberá pagar $7 millones a una clienta hostigada por cobros indebidos de una supuesta deuda inexistente.

La mujer demandó tras recibir llamadas y mensajes desde 2017 por un compromiso impago del año 2006.

Sin embargo, la obligación de pago nunca existió y ya había un fallo previo que prohibía a la empresa insistir.

Pese a ello, la afectada siguió recibiendo comunicaciones en 2018 y 2019, incluso los fines de semana, lo que vulneró la orden judicial y agravó su situación emocional.

Según los antecedentes, la clienta desarrolló angustia, ansiedad, crisis de llanto e insomnio producto de las constantes gestiones de cobro.

El fallo consigna que la mujer llegó a evitar llamadas de números desconocidos, lo que le provocó pérdida de oportunidades laborales como guía de turismo.

La indemnización incluye $2 millones por daño económico y $5 millones por daño moral, este último vinculado al sufrimiento demostrado en el proceso.

El tribunal destacó los testimonios de colegas y psicólogos que confirmaron el impacto emocional del hostigamiento ejercido por el banco.

Originalmente, la demandante había solicitado $32 millones por gastos legales, terapias y perjuicios, pero el tribunal fijó la cifra final en $7 millones.