Por Erasmo TauranBanda “marcaba” a víctimas en la espalda a punta de cuchillo: la misma que obligó a secuestrado a comerse su oreja
Los delincuentes trazaban, con cuchillo, una particular marca en la espalda de sus víctimas.

Brutales prácticas detectó la Policía de Investigaciones (PDI) al interior de una banda de narcotraficantes desbaratada en las regiones Metropolitana y de Valparaíso.
Hace unos días se supo del secuestro de un hombre de 38 años, de nacionalidad chilena, que durante 20 horas due sometido a crueles vejámenes por sus captores en la comuna de Conchalí.
Junto con el maltrato psicológico, los golpes y torturas, los agresores le cercenaron una oreja y lo obligaron a ingerirla.
Tras ser liberado se descubrió que el secuestrado era parte de la misma organización delictual y que había sido “castigado” por sus superiores al descubrir, presuntamente, que había consumido parte de la droga que él debía entregar.

Marcados por sus líderes criminales
Pero no fue todo. En la declaración que prestó ante los investigadores, contó que lo habían “marcado” en la espalda con un arma cortopunzante. Y que él no sería el único.
Según publicó La Tercera, a punta de cuchillo, los cabecillas de la banda le escribieron una letra J de unos 20 centímetros. Sería la inicial del líder del grupo criminal: Jordan, de 34 años.
Toda la tortura, además, la grabaron en video.
Los policías habrían detectado que otros miembros de la organización ya habían sido retenidos y marcados en la espalda.
No se sabe cuántos pudieron correr la misma suerte. Lo que sí estaría claro, es que se trata de una manera que utilizan los líderes criminales para afianzar su poder y frenar cualquier desacato.
Por el secuestro ocurrido en Conchalí hubo seis detendos: cuatro chilenos y dos venezolanos. Todos quedaron en prisión preventiva.
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