Iba a la pega en Semana Santa y la balearon en la micro del Transantiago: el triste asesinato de estudiante de 16 años

Foto: Referencial.
Foto: Referencial.

Dos de los tres imputados quedaron absueltos tras relatar el homicidio que conmocionó a La Pintana.

El 19 de abril de 2009, justo para un Domingo Santo, el país se remecía con el asesinato de María José Esquivel Améstica, una estudiante de 16 años que se ganaba unos pesitos como empaquetadora.

En aquella triste jornada, la adolescente perdió la vida cuando viajaba en una micro del extinto Transantiago en dirección a su trabajo. De manera desafortunada, “Cote” fue alcanzada por un solitario tiro que salió de la pistola que manipulaba Miguel Ángel Rojas Urrutia, un peligroso delincuente que viajaba en la misma máquina.

Detalles del crimen

Las pesquisas del Ministerio Público y la PDI determinaron que la muchacha salió desde su casa, en la comuna de La Pintana, para tomar a tiempo la micro que la llevaría al supermercado. Justo detrás suyo se sentó Rojas, acompañado de Sebastián O. y Richard C.

En la intersección de calle San Francisco con Lo Martínez, los tres sujetos hicieron parar el bus. Minutos después, cuando pasaban por la esquina de calle Bernardino Parada con John Kennedy, Rojas Urrutia percutó un tiro que atravesó el asiento, ingresó en la espalda de la joven y salió por el abdomen.

Al instante, los tres maleantes se bajaron de la micro y escaparon a toda velocidad. El chofer, Iván Vásquez, hizo todo lo posible por auxiliar a su pasajera, pero la joven no pudo resistir.

La muchacha cursaba tercero medio de Administración en el Liceo San Ramón. A su velatorio acudió el entonces candidato presidencial Sebastián Piñera, quien enfrentó la furia de algunos de los familiares.

Todos cayeron

Tras la muerte de María José, la policía comenzó los operativos para dar con el paradero de los responsables.

Sebastián O. se presentó voluntariamente, mientras que Richard C. y Rojas Urrutia fueron apresados por la PDI. Todos fueron a parar tras las rejas.

Andrés Piñeiro, defensor público del autor material, señaló que su cliente habría retirado el cargador del arma para evitar un accidente, desconociendo que había un tiro en la recámara de la pistola.

Antes de su aprehensión, Rojas Urrutia registraba siete condenas por hurto, robo por sorpresa y lesiones menos graves, entre otros delitos. Ya había estado más de tres años en la cárcel.

Libres

En abril de 2010, la Corte de Apelaciones de San Miguel confirmó los veredictos de absolución de Richard y Sebastián, y de condena para Miguel Rojas como autor de cuasidelito de homicidio en contra de la menor María José Esquivel.

Las absoluciones fueron confirmadas luego que los representantes del Ministerio Público, los querellantes de la Intendencia Metropolitana y una ONG de jóvenes víctimas de delitos, recurrieran ante el tribunal sanmiguelino para que anulara el juicio y su veredicto, debido a –según su parecer- fallas en la aplicación del derecho y falta de valoración de la prueba.

En el juicio oral, los defensores pudieron demostrar ante los jueces que la responsabilidad del asesinato recaía únicamente en Rojas.

Según la versión de los acusados, en la madrugada del 12 de abril de 2009, compartían en una esquina de la comuna de La Pintana cuando decidieron dirigirse a una fiesta a pocas cuadras del lugar, razón por la que subieron a una micro. Antes de abordarlo, Miguel Rojas –quien portaba un arma que pretendía vender- sacó el cargador y se lo entregó a Richard con el fin de evitar “dispararse en la guata al colocársela en el pantalón”, según su propio testimonio.

Una vez arriba del bus, sacó el arma para mostrarla, momento en el que se disparó, hiriendo de muerte a pasajera del bus. Tras el hecho, los tres acusados se bajaron del vehículo y arrancaron en direcciones distintas.

Tras nueve meses de investigación, los imputados se presentaron al juicio oral, donde se conocieron sus respectivas declaraciones. Así se logró determinar la forma en que se desarrollaron los hechos, lo que llevó a que las juezas del tribunal condenaran únicamente como autor del cuasidelito de homicidio a Miguel Rojas y absolvieran a los otros dos acusados, pese al interés del organismo persecutor por condenar a los tres como autores de homicidio simple.

COMPARTIR NOTA