Por Diego RamírezViajó en micro con el cuerpo de la niña dentro de un bolso y lo arrojó al mar: el macabro crimen del Chacal del Puerto
Juan Saavedra atacó sexualmente a la pequeña de 5 años y, cuando la creyó muerta producto de una golpiza, dio paso al horroroso desenlace. Pequeña perdió la vida por inmersión.

“Maldigo el día que me junté con él”.
Con estas palabras, Jocelyn se refirió a su entonces pareja recién detenida por una atrocidad.
Apenas iniciaba agosto de 2009 cuando el taxista Juan Saavedra Espinoza (37) era aprehendido por el secuestro, violación y homicidio de la menor Francisca Silva (5). Un crimen que marcó a la ciudad de Valparaíso.
Los primeros antecedentes del caso daban cuenta de un proceder escabroso: después del matar a golpes a la pequeña, el “Chacal del Puerto” viajó en micro 14 kilómetros con el cuerpo de la niña dentro de un bolso y lo arrojó al mar.
Varios días más tarde, acorralado por la policía, no le quedó más que confesar. “La tiré al agua desde acá”, dijo, mientras apuntaba al sector de la Piedra Feliz.
De acuerdo a la investigación policial, la noche anterior al crimen, el monstruo se juntó con unos amigos, fumó pasta base y se emborrachó. Llegó a su casa a las 09.00 horas y vio películas pornográficas. De hecho, funcionarios de las PDI pillaron 15 cintas de este tipo en su habitación.

Horror en Valparaíso
La pequeña Francisca fue vista por última vez a las 16.30 horas del 1 de agosto de 2009. En ese momento, estaba jugando en el antejardín de la casa de sus abuelos, en la población Las Palmas, del cerro Placeres.
Antes de desaparecer, la menor le dijo a su abuela que iría a una casa vecina (donde vivía Saavedra y su pareja), ya que la habían invitado a ver unos peluches. Al percatarse que la niña no regresaba, la mujer se acercó a este domicilio y se encontró al sujeto: este dijo no saber nada sobre Panchita.
Sin embargo, en ese lapso, el asesino ya había cometido la atrocidad. De hecho, al volver a su casa, fue encarado por su pareja, quien había estado fuera del domicilio cuando se cometió el homicidio.
“Si le hiciste algo a la niña me arruinaste la vida”, le dijo. En respuesta, Saavedra negó cualquier responsabilidad: “No he hecho nada”.
Y ya que las sospechas recaían en él, los detectives llegaron a su casa para interrogarlo. Dio tres coartadas, las que fueron descartadas una a una. En la última versión dijo que había ido donde su padre a entregarle unas herramientas. Sin embargo, su progenitor negó haberlo visto. Lo capturaron.
Criminal
“En estos momentos sólo quiero pedir disculpas a la familia de esta niña, Francisca. De corazón pido perdón”.
De esta manera, Juan Saavedra se refirió al caso públicamente. La declaración del criminal se dio en mayo de 2010, en el último día del juicio en su contra, pocas horas antes que el Tribunal Oral en lo Penal de Valparaíso lo declarara culpable del homicidio y ultraje de la niña de 5 años.
Sin embargo, su supuesto arrepentimiento fue rechazado. “Yo nunca voy a perdonarlo por lo que hizo, me desgració la vida para siempre. Me arruinó la vida”, lamentó Danitza Benavides, mamá de la víctima.

“Eso fue una actitud suya que sólo a él le beneficia. Que no nos pida perdón a nosotros, porque el perdón nuestro no lo va a tener nunca, porque él habla de la boca para fuera”, aseguró el papá de Panchita, Francisco Silva.
Tras el juicio y una larga investigación, el tribunal porteño declaró culpable al colectivero y determinó que introdujo mediante engaños a la pequeña al interior de su departamento de avenida Cabritería Poniente, en el Cerro Los Placeres.
En el inmueble Saavedra abusó de ella, la golpeó y, creyéndola muerta, la metió dentro de una bolsa plástica y después en un bolso negro para sacarla del domicilio y llevarla en micro.
Finalmente Saavedra lanzó a la niña viva al mar, en el sector de la Piedra Feliz de Playa Ancha, por lo que la niña murió por inmersión y fue encontrada tres días después luego de que más de 100 efectivos de la PDI, Carabineros, la Armada y Bomberos buscaran su cuerpo.

Condena
Pocos días más tarde, se confirmaría la condena: presidio perpetuo calificado. El tribunal sentenció en forma unánime al sujeto, tomando como agravantes la alevosía y el abuso de superioridad de fuerzas que Saavedra tuvo sobre la menor.
Al respecto, el fiscal Pablo Gómez señaló que “la única forma de hacer justicia era pidiendo la pena de presidio perpetuo calificado. Eso, creo, le traerá paz a la familia de la víctima”.
“Al fin mi guagua va a poder descansar”, dijo una emocionada Danitza. “Que no salga nunca más, porque si no iba a salir a hacer lo mismo”, añadió.
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