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CONDUCTOR ANTOJADIZO
- Lo llamo porque no me gustó nadita el comportamiento de un chofer del Transantiago.
- ¿No le dio el buenos días al poner la bip! frente a la maquinita?
- Tsss, con la carita que traía... Pero lo que más mal me cayó es que este señor primero echó p' abajo a un joven cuyo saldo era insuficiente en la tarjeta.
- Bueno, eso lo hacen siempre, porque igual si no hay plata cómo va a funcionar la cosa.
- Eso se entiende, pero fue la forma. En fin, luego no quiso pararle a una señora para que bajara y ella debió descender de la oruga dos cuadras después a pesar que le insistían ella y otros pasajeros para que se detuviera.
- ¡Ah!, sordo para colmo el hombre.
- Para seguir pelando, no le abrió la puerta a otro joven y así fue todo el camino, discriminando a su pinta a quién llevaba y a quién no.
- Bien antojadizo, entonces.
- Sí poh, y eso que los domingos igual hay que esperar harto. La patente es la ZU 5546, de Subus, línea 210 y pasó por Vicuña Mackenna en dirección al sur a eso de las 17 horas.
SE PERDIÓ TATITA MIQUEAS COFRÉ
- Ayúdeme a encontrar a mi tata, de nombre Miqueas Cofré Pavez, carné 2.496.419-1, de 78 años y con domicilio en Caupolicán 171, San Francisco de Limache, Quinta Región.
- Obvio, que sí. ¿Cuándo ocurrió esta desgracia?
- El miércoles 19 de junio. Creemos que anda perdido en Valparaíso y como es alcohólico y sufre esquizofrenia, puede que esté descompensado y ahora no sepa cómo volver a a su casa.
- ¿Recuerda cómo andaba vestido?
- Parka celeste, polerón plomo, pantalón azul marino, bototos de seguridad color café y gorro de lana azul marino.
- ¿Algo más que decir?
- Que responde al nombre de Profesor Cofré y el Loco Cofré, de Limache. Es el de la fotografía, por si alguien puede reconocerlo.
- ¿Y dónde hay que llamar?
- Al 033-417792 Nilda Cofré, 033-374818 y el celu 09-2212523, o a Carabineros.
- Ojalá les vaya bien y aparezca sin novedades que lamentar.
PEDIGÜEÑO EN EL METRO
- Oiga, la mañana del domingo casi me fui de espalda el loro.
- ¿Por qué sería eso?
- Iba en el Metro, 11 de la mañana, muchas familias con sus hijos aprovechando fin de semana y el solcito que había a esa hora.
- Ya me dio envidia. Uno acá titaneando y el perla sacándome pica con sus paseos.
- Ejem, prosigo. Lo que ocurrió es que de pronto ingresó con el resto de los pasajeros del Metro un cabro joven, bajito, pelo corte militar con una pifia en el lado derecho del mate y una mochila infantil celeste a la apa.
- No juegue tanto al misterio y cuéntenos qué pasó.
- Tatatatán, redoble de tambores...
- ¡Ya poh, que me tiene intrigado!
- ¡Que empezó a empellones a repartir una tarjeta con unos monitos de colores. Fue por todo el vagón y después hizo unos gestos raros y pasó la mano pidiendo plata.
- ¿Limosneros en el pategoma? ¡Qué rasca!
- Eso mismo pensé yo, y aunque en la semana los guardias están al cateo de la laucha para que nadie se cuele sin pagar, esta vez no pasó igual. No había nadie a quien pegarle el soplo.
- Andarían paseando, igual que usted... dijo el picado.
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