Nuevamente la peligrosa mezcla de menores de edad y armas de fuego detonó una sangrienta tragedia hogareña, cuando a dos amiguitas que leseaban con una pistola en el living de una casa en Huechuraba se les arrancó un tiro mortal.

De acuerdo a la investigación de la Brigada de Homicidios (BH) de la PDI, cerca de las 19.30 horas del lunes Camila Bahamondes Huala (13) jugaba en la casa de su amiga de 16 años, en la población La Pincoya.

De pronto, por causas que se investigan, la mayor de las niñas habría sacado una tuna 9 milímetros que su hermano tenía legalmente inscrita en el domicilio, con la que se puso a tontear. Ese sería el último juego que presenciaría Camila.

"Al manipularla, ella manifiesta que se percuta el arma, se dispara", explicó el inspector de la BH Felipe Valdés tras la detención de la lolita de 16.

El desgraciado disparo que se habría escapado del fierro marca Famae le atravesó el ojo derecho a la chicoca y le salió por la cabecita, y debido a la grave lesión falleció cerca de las 02.30 horas de ayer en el Hospital Roberto del Río.

Tras el deceso de "Camilays", como le decían sus amigos, la menor de 16 años que habría efectuado el disparo ayer fue formalizada por cuasidelito de homicidio.

En la audiencia, el juez Sergio Padilla explicó que esa figura legal no tiene sanción de cárcel, por lo que la lolita se fue para su casa y quedó bajo la supervisión periódica del Servicio Nacional de Menores (Sename).

"Mi nieta está muerta, y con la detención o la libertad de una niña no la voy a recuperar. No espero nada de la justicia", aseguró con el corazón destrozado Sonia Muñoz (44), abuelita que crió a Camila desde chiquitita.

MALAS JUNTAS

Tras enterarse de la libertad de la joven detenida, Sonia precisó que nunca la había visto, ya que desde algún tiempo Camila tenía "malas juntas" y andaba rebelde.

"En junio la echaron del colegio, donde cursaba séptimo básico. A toda esta gente con la que se juntaba yo ni la ubicaba. Supongo que los conoció callejeando", comentó la abuelita entre sollozos.

"Mi nieta se llevó a la tumba lo que pasó realmente. Sólo la otra niña sabe la verdad ahora", agregó la mujer, dudosa de la explicación del balazo accidental.

Fuentes policiales indicaron que las amigas conocían de cerca el mundo de la violencia, ya que sus respectivos padres están privados de libertad y cumplen condenas en la cárcel.