En cien palos avaluó un joyero de Viña del Mar el botín que se llevó una patota de desgraciados que el jueves irrumpió en su local y arrasó con las mejores piezas de su colección de maravillas.

El atraco descapitalizó de un garrazo el trabajo de media vida del conocido orfebre Vicente Gimeno Camacho (72), quien desde los tiempos de la Colonia atiende personalmente su local ubicado en el mismísimo centro de la Ciudad Jardín.

Gimeno Camacho se salvó del ataque de la flota española, de un terremoto y maremoto seguido de saqueo, de la revolución del 91, la peste amarilla, la visita de la Operación Unitas y otras catástrofes naturales, pero no pudo con los siete cumas que tipín 18 horas se dejaron caer sobre su boliche.

¡Alunizaje, patrón! ¡Todo el jundo a tierra! alcanzó a gritar Neil Pérez Armstrong Gonzáles, el junior de la tienda segundos antes que una camioneta se inscrustara en el frontis de la joyería.

Tras echarse al bolsillo todo lo que  encontraron a mano los miserables huyeron en un vehículo que los esperaba a media cuadra de la joyería y en micro, según los testigos.

"Entre las joyas y los relojes que exhibíamos en la vitrinas teníamos cien palos. Había joyas de oro amarillo de 18 kilates, oro blanco y platino. Algunas con brillantes, zafiros, rubíes y esmeraldas. Todas con diseños exclusivos", dijo Gimeno.

El joyero es conoocido por haber entregado durante años el premio al Artista más Popular del Festival de la Canción, estímulo que consistía en una gaviota que tenía un micrófono entre sus patas, galardón que recibieron Luis  Miguel, Julio Iglesias, y el Puma Rodríguez, entre otras estrellitas.

Vicente Gimeno también puede mostrar una faceta judicial . Él fue el perito encargado de avaluar las joyas de Carlos Mario Silva Leiva, el "Cabro Carrera".