Con el credo en la boca y las chalupas a medio poner quedó la gallada de La Serena y sus alrededores cuando la tarde del domingo la Pachamama se mandó un tiritón de 6 grados Richter.

Y lo bueno estaba por venir porque después del primer guaracazo, pasadita las 20:10 horas, otros nueve sismos sacudieron la zona.

Al toque la barra papayera se persiguió con un posible enjambre sísmico, teoría que fue descartada por el Centro Sismológico Nacional, CSN, que informó que “hasta el momento, esta secuencia se ha comportado como típica de un sismo principal con sus respectivas réplicas”.

Se viene uno grande

El sismólogo Mario Pardo, del CSN, explicó que la seguidilla de sacudones no significa que estén anunciando un guaracazo grandote: “Lo cierto es que hay energía acumulada, pues desde 1943 que no se ha desatado un sismo de grandes proporciones en la zona de Coquimbo”, soltó el profe.

Agregó que “en ese sector cada 80 o 100 años se produce un sismo grado 8, pero no podemos anticipar el día que esto ocurrirá”.

Ahora si se produjera un enjambre habría que empezar a preparar a la población y a las autoridades como precaución.

Más tiritones

La seguidilla de remezones de La Serena no sería  más que uno grande y sus réplicas.

Por eso lo más probable es que los movimientos telúricos sigan una o dos  semanas más, reveló el geógrafo de la Universidad Católica Pablo Osses.

Enjambre 

En facilito, el experto  Mario Pardo contó a La Cuarta que un enjambre sísmico debe reunir algunas características re claras. Por ejemplo, los sismos son de magnitudes parecidas y no se puede hablar de uno principal.

Además son cientos y se producen en un período cercano a un mes. Pa’ más remate abarcan un sector súper delimitado, condiciones que no se reunen en este caso en particular.