"Los chilenos suelen ser falsos, lambiscones, desleales, buenos para la intriga y el chisme, ensimismados contando sus pesitos revaluados, de pronto orgullosos de la tribu a la que pertenecen porque un tenista gana un puto partido o porque van al mundial de fútbol y vuelven a perder con Brasil, tanto nadar para morir ahogados".

Es una de las tantas descaradas y poco amigables descripciones con que el escritor peruano Jaime Bayly declara su antipatía por la raza chilena a través de un personaje de su nuevo libro, "El Misterio de Alma Rossi", que será publicado por Alfaguara.

Las deslenguadas referencias fueron publicadas ayer por el diario Perú21, que adelantó un extracto llamado "Los chilenos". En él, al polémico Bayly le faltan epítetos para descuerarnos vivos.

Así, por ejemplo, nos trata de "trepadores" y "arribistas", y confiesa que nuestra raza en general esconde dos defectos que le resultan "particularmente despreciables".

Puntualiza: "Son avaros, tacaños, miserables, son roñosos, son trémulos y cobardes para gastar, guardan la plata por falta de audacia, por pusilánimes, porque piensan en su jubilación, no en darse la gran vida, como los argentinos, que no ahorran un carajo pero se divierten mucho más".

Tales pensamientos los pone en boca de Javier Garcés, un escritor peruano que aparentemente ha pasado gran parte de su vida en Chile y que ha venido a regocijarse asesinando a dos compatriotas.

A través de este personaje, Bayly no pasa por alto ningún aspecto de la idiosincrasia chilena, ni siquiera nuestra fisonomía. "Perdón por la franqueza, pero si elijo a un chileno al azar, es feo, es un guiñapo, es un enano contrahecho, es sujeto de facciones como cuchillos afilados, es feo como una patada en los testículos. Y a pesar de eso, se sienten lindos, se sienten regios, se sienten estupendos, se sienten Primer Mundo".

El fragmento del escritor termina con una nada de caballeresca alusión a la mujer criolla. Dice: "En conclusión, los chilenos me caen como el culo, pero me gustaría darle por el culo a una chilena y hacerla mi rota culiá". Y remata afirmando que "si hay una tribu llena de cornudos es la chilena".