Luego del secuestro que sufrió en Brasil, el ánimo no estaba para jodas. Sí, más de alguno pensó en preguntarle: “Oye, Mago, ¿ese bigote es nuevo? ¡Bautizazo!”, pero fue mejor guardar silencio y ver su metamorfosis en la cancha. Claro que además de la “capilar-facial”, hubo una futbolística.

Sí, pues Jorge Valdivia tuvo un segundo aire en Palmeiras y hoy es protagonista de la copa garota. De hecho, dejó al Verdao cerca del título tras anotar en la final de ida ante Curitiba, aunque lo más destacado fue el impacto que causó su mostacho.

¿Es posible que el pelo bajo la ñata le haya devuelto la magia? Quizás, porque hasta ahora sólo era ovacionado al hacer la mirada del cocodrilo. Es que si bien no existe una conexión prestobarba-estoperol, el fashion emergency puede ayudar a recuperar la seguridad.

Al menos eso creen algunos personajes que han cultivado el bigote con dedicación. ¿Ejemplo? Don Peineta Garcés, poh. “Tiene que ver con sentirte bien, con renovarte. El mío lo tengo hace muchos años y me han propuesto cambio de imagen, pues quizás eso me ayude a volver al fútbol porque estoy sin pega”, contó.

Además, el profe aseguró que “cuando me lo dejé no pensé en seducir. Fue como una broma, pero hoy habría problemas si lo saco. Y en cuanto a Jorge, todos sabemos que él encanta futbolísticamente. Y si cree que le queda, bienvenido sea”.

Y atenti, que el profesor Rossa aportó un datito: “El bigote fue prohibido en Europa en algún momento, pero luego tuvo más importancia que la barba. Yo vengo de una familia lampiña, y hasta preferí pintarlo con látex antes que cortarlo. Me llama la atención el bigote de Dalí y jamás usaría los de Chaplin o Cantinflas”.

¿Y Merello? El DT de Naval contó que “hay personas que creen en los cambios y quizás eso le sirvió a Jorge. Yo no me imagino sin bigotes. Es parte de mi personalidad y así me conocen todos. Si me lo cortara dudaría si soy yo al mirarme al espejo, jajajá. Eso sí, hay que reconocer que no a todos les queda bien”.

A LA SABRI LE MOLESTA AL MOMENTO DE DAR UN BESITO

Hay cortos, largos, gruesos, curvos... Para todos los gustos y paladares femeninos. Y aunque en el papel suene tentador uno negro y con hartos centímetros, igual hay chiquillas que sufren con el bigotito, aunque sea piola como el de Jorge Valdivia.

Para muestra, la Sabri Sosa. “Al momento de dar un beso es incómodo, pica demasiado. Pero sí hay hombres a los que les queda sexy. Si a Jorge le está trayendo suerte, que se lo deje hasta que se retire. Para mí, el bigote representa madurez y fortaleza”.