Existe una máxima que habla de que "no hay plazo que no se cumpla ni deuda que no se pague" y esa se concretó este fin de semana cuando el "Brexit" del Reino Unido se ejecutó y los británicos dejaron de ser parte de la Unión Europea.

La histórica decisión adoptada por los isleños lleva meses en la polémica por los distintos coletazos que podría tener en varias actividades y una de ellas tiene que ver directamente con la tecnología.

Posicionada como la quinta más importante a nivel mundial, la industria de los videojuegos de Inglaterra es una de las fuerzas crecientes en el rubro y la bullada decisión abre una serie de interrogantes sobre cómo esto podría repercutir en la creación, producción e incluso en el costo de los videojuegos. Un tema que hoy entrega más dudas que certezas.

"El Brexit podría causar la ruptura, reorganización o reemplazo de parte del tejido empresarial que sustenta la industria", fue el mensaje entregado por el grupo anti-brexit "Games4UE" y uno de los focos más complejos tendrá que ver con las visas de trabajo.

Casi 10 mil empleados del rubro son ciudadanos de otros países de la Unión Europea y fueron parte de proyectos exitosos que nacieron el Reino Unido como la sagas de Tomb Raider o GTA.

Más allá de esto, los desarrolladores continúan esperanzados en que haya flexibilidad a la hora de emplear a ciudadanos de otras latitudes y la devaluación de la libra en los últimos meses también influyó en los costos de producción.

Con las cartas echadas, solo resta esperar por el ajuste que significará el Brexit, que con 48 horas de ejecución recién se va perfilando y de ahí saber si eso tendrá algún efecto en los bolsillos del mundo gamer.