Por aire, mar y tierra, sobre todo bajo esta última, buscan al dueño de un ataúd que en la noche del jueves fue hallado en las calles de la comuna pop de La Granja.

La tétrica escena ocurrió cerca de las 23 horas en la esquina de las avenidas La Serena con La Victoria, y parecía una broma adelantada de la fiesta criolla de Halloween, que se celebra el 31 de octubre.

Pero con el correr de las horas los vecinos perdieron el miedo a hablar y soltaron una verdad que hizo tiritar hasta al más valiente: un alma en pena lo abandonó como un simple cachureo junto a dos sillones que sirvieron para observar la escena cómodamente.

"Salimos a la calle con mi hijo y vi unos bultos encima del jardín frente a mi casa. Acá siempre botan basura encima de mis flores, así que nos acercamos para ir a sacarlos, cuando nos dimos cuenta de que era un ataúd entre medio de las plantitas. Estaba lleno de polvo", nos contó al oído José Riffo, primera persona viva en cachar el féretro.

El caballero quedó helado con el descubrimiento y de a poco se acercó para ver si había un cuerpo. Pero nones; sólo había aire y mucha tierra sobre la madera.

"No había nada adentro, así que con mi hijo lo tomamos y lo sacamos de las flores. De ahí llamamos a Carabineros y unas horas más tarde se llenó de periodistas, los que no tuvieron piedad con mi jardín ya que lo pisaron tupido y parejo", pataleó, con así una vena, el amante de lo verde.

Dulce o travesura

El catre de Drácula no pasó piola, y otros vecinos empezaron a elaborar horrorosas teorías.

"En un principio pensé que el ataúd lo llevaba una carroza fúnebre, y que el muertito despertó en el camino al cementerio, ya que podría haber sufrido de catalepsia (drama del sistema nervioso que hace paralizar el cuerpo de las personas). Y para no hacerse mala publicidad los de la funeraria abandonaron el féretro", agregó una imaginativa señora Ester.

"No hay presencia de ningún cadáver y no existe evidencia de interés policial. Las manchas que parecían sangre se tratarían de oxidación producto de metales de color naranjo", explicó el teniente Nicolás Muñoz, del Labocar.

Luego de varias horas de incertidumbre sobre el futuro de la caja de madera, los ágiles del departamento de Aseo y Ornato de la muni de La Granja llegaron con un camión para llevarse el armatoste hasta el vertedero local.