De entradita un consejo: si tiene que pasar por la calle Pizarro, entre Carlos Valdovinos y Mariluán, en Pedro Aguirre Cerda, prefiera cualquier alternativa, pero no cometa el error de meterse allí.

Y aprovechando el datito, uno más: mucho ojo cuando tome la calle Ramírez desde Carmelo.

Es que Yeims quedó entero tiritón cuando tuvo la mala ocurrencia de andar en toco por Pizarro y, la verdad, casi no la cuenta.

No crea que el asunto es broma, porque en ese lugar no hay un evento o un cráter, sino una verdadera falla geológica que transformó la mitad de la calle en una trampa mortal.

La mitad derecha  de la arteria, según su sentido, está en buenas condiciones, pero la izquierda está deforme e inclinada en más de 30 grados, por lo que hasta se corre el riesgo de que un vehículo mayor se vuelque si su conductor no está ojo al charqui.

TESTIGO

Y no piense que es una exageración, porque don José Llanquimán tiene un negocio justo en la esquina y puede dar fe de que la cosa es súper brígida cuando transitan camiones. Suerte que no pasa el Transchago.

"Yo llegué hace cuatro años y el problema ya estaba. Y en todo este tiempo nunca he visto que haya venido gente del Serviu o de la Muni para intentar arreglarlo", cuenta el hombrón.

El titán sí recuerda que "hace un tiempo pusieron unos letreros de advertencia, pero jamás la arreglaron".

Cuenta que ya perdió la cuenta de la cantidad de accidentes que se han producido por la maldita falla, "pero si uno mira el poste se da cuenta que son muchos, porque todos han dejado su marca allí".

GOLPES Y AGUA

"Gracias a Dios nunca ha habido un accidente mayor ni nadie ha muerto, pero yo he visto cómo algunos camiones cargados han perdido mercadería porque se les cayó con la inclinación que tiene la calle", añade.

Como don José vive allí mismo, tiene clarito que "cuando oscurece la cosa es súper complicada, porque casi todas las noches se escuchan los golpes que se pegan los tocos cuando pasan".

Otro problema que le acarrea la calle es que "cuando llueve el agua no tiene otra parte para escurrir que el taller, así que en invierno me inundo".

¿Y RAMÍREZ CUÁNDOx?x

Una cuadra al oriente de Pizarro está la calle Ramírez, que a metros de la esquina con Carmelo presenta lo que antes fue una grieta y que el tiempo transformó en un enorme y peligroso forado.

Según cuenta Patricia, que trabaja en un boliche ahí mismo y vive a pocos metros, no hay noche en que no se escuche cuando un toco se "come" el cráter. "Incluso a algunos se les ha salido el parachoque, porque el impacto es fuerte", dice.

Recalca también que además del peligro de un choque, existe el temor de que las piedras que hay en el hoyo impacten a alguien cuando pasa un vehículo, así que hay que andar con mucho ojo.

"Lo peor es que ha venido gente de la Muni a ver, pero al final no han hecho nada", pitea Patricia.