Si vio pasar por la carretera en camión a un dinosaurio diplodocus no deje de tomar. No es producto de las malditas drogas o del delirium tremens. Es la caravana de bestias prehistóricas que encabezó el escultor Jorge Barba con destino a Concepción.

Un equipo de ocho artistas trabajó durante casi un año en un taller de Quinta Normal en la construcción de una diplodocus de 20 metros de largo, 8 de alto y mil 700 kilos. La señora será la dueña de casa del parque jurásico ubicado en la plaza Acevedo. Junto a ella estarán sus tres hijos, algunas réplicas de huevos de tamaño natural, y como si eso fuera poco, los aventureros de la Región del Biobío podrán rastrear las huellas de los extintos reptiles.

A las 16 horas de ayer el camionero Guillermo Martínez apretó el acelerador con mucho cuidado de no pasar a llevar los cables de la luz, porque el cuerpo (descabezado) de mamá dinosaurio mide 4,12 metros.

Gracias a la colaboración de Carabineros no les costó ingresar de General Velásquez hacia la carretera. La gente miraba sin entender bien lo que veían sus ojos.

A las 7 de hoy una comitiva de seguridad y bienvenida los espera a 20 kilómetros de Conce, en el peaje de Agua Amarilla. A las 10 la alcaldesa Jacqueline van Rysselberghe los recibirá en su hogar definitivo, para que a principios de octubre estén listos para recibir visitas. Y ojo, los cabros chicos tienen permiso para subirse encima, pero no tienen permiso para caer.