¡Exclusivo!: A 18 años del Caso Matute, ministra da vuelco en investigación

Se gritan goles. Las máquinas para quemar calorías no cesan desde las seis de la mañana hasta pasadas las 22.00. El vapor de las duchas contamina la visión del equipo de baby fútbol que quiere comentar el triunfo de esa jornada cara a cara. Claro, estamos hablando de un complejo deportivo de primera línea que se sitúa en el camino al aeropuerto Carriel Sur, Octava Región.

El lugar... perdón, más bien el terreno, es emblemático y los penquistas lo saben. A las 3.20 de la mañana del 20 de noviembre de 1999 se perdió allí mismo el estudiante de Ingeniería Forestal Jorge Matute Johns.

Ahí se ubicaba la discoteca "La Cucaracha", recinto nocturno donde fue visto por última vez con vida. Fue demolido el 2002. Mientras los familiares y el país entero esperaban encontrar al joven y buscar culpables de la desaparición.

Se procesaron a siete personas por obstrucción a la justicia. En los rastreos se lograron encontrar más de 20 cuerpos sin vida.

Y el de Matute, nada...

Sin embargo, pese a las labores de centenares de policías civiles y uniformados, bastó que un jornalero de una empresa particular pasara a llevar un cráneo con sus pies. Había maleza allí, en el kilómetro 22 del Camino a Santa Juana. Y no sólo eso. También existían rastros de ropa que llevaron a hallar restos óseos de Jorge Matute Johns. Apareció el 12 de febrero de 2004. Claramente, fue por casualidad.

Dos teorías

Desde que se le perdió el rastro en "La Cucaracha" hubo dos teorías establecidas por la policía.

Primera (la de Carabineros): que él fue víctima de una golpiza de parte de los guardias del establecimiento. Cuyo propietario es el fallecido empresario Bruno Betanzo.

Y la segunda (la de la PDI), que los siete procesados por obstrucción a la justicia le habrían dado una golpiza con resultado de muerte.

Sin embargo, altas fuentes del caso confirmaron a La Cuarta que a raíz de que el 2015 se encontrara en el ADN de "Coke'' el barbitúrico Pentobarbital, la investigación cambió de rumbo.

La ministra que lleva el caso, Carola Rivas, tiene en su poder una arista completamente distinta a las dos hipótesis policiales. Las que rondaron durante todos estos años.

Esto se sustenta con un último informe que elaboró la PDI en estos meses y se encuentra en el cuaderno secreto del tribunal.

Rivas, según señalan las fuentes, investiga a un grupo de abusadores sexuales que en esa época operaba en la Octava Región. Cuyo modus operandi consistía en buscar a jóvenes en estado de ebriedad para invitarlos a una fiesta. En el lugar los drogaban con el fin de cometer sus delitos.

En ese contexto, es que la magistrada pretende establecer el consumo de Pentobarbital de parte de Matute.

Por estos días viene una batería de diligencias. Pues hay personas que ya están en la nómina de la magistrada para interrogar en relación a esta nueva arista.

La ministra le informaría a la familia la próxima semana y a los abogados del fallecido estudiante de esta pista clave. La que cambiaría toda la línea de investigación del emblemático caso que sacudió al país.

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