Fabián “Guatón” Gálvez (31),  uno de los hombres más buscados de la población La Legua Emergencia, cayó chanchito luego de darse una vida a lo pachá, en la que,  según los polis,  abundaba la droga, el lujo y la violencia.

De acuerdo a Carabineros, Gálvez tenía dos órdenes de aprehensión por los delitos de homicidio y tráfico de cochinada desde julio del año pasado. Y por eso se  se fondeó en  Colina, el sector sur de la capital, Valparaíso, San Felipe y Los Andes, sin abandonar, por supuesto, la buena mesa y el blin blin.

Fue precisamente el lujo el que despertó la envidia de algunos cercanos, quienes lo habrían echado al agua, lo que gatilló una investigación por parte del OS-7 de Carabineros.

Como el parrillero Gálvez estaba en constante movimiento, era difícil echarle el guante, pero su corpulenta humanidad terminó por delatarlo ante el ojo de águila de los funcionarios policiales mientras rodaba por las calles en Los Andes.

El miércoles en la tarde preparó las maletas desde esta comuna en la Quinta Región para emplumárselas hacia la capital, siempre ante la atenta mirada de los verdes, los que se sorprendieron de que no estuviera acompañado de sus “soldados”.

Cuando estaba llegando a Santiago, los fortachones del GOPE estaban listocos para darle la bienvenida en el sector de Matucana con Mapocho, quienes no encontraron resistencia por parte del escurridizo y ancho traficante.

FAMILIA DE LUJO

El “Guatón” Gálvez es hijo de Óscar Gálvez Gutiérrez, apodado “El Loco Tello”, y de Bernarda Calderón, ambos condenados por tráfico de droga.

Sus hermanas Bernarda (36) y Valentina (20) fueron condenadas por secuestrar y torturar a una de las vendedoras del clan por robarles dos kilos de mandanga. Otra hermana, Carolina, está casada con Israel Humberto Salazar Tapia, alias “El Isra”, el narco que pagaba millones por echarse al ex fiscal Alejandro Peña.

Su hermanito menor, Bryan Gálvez (16), cumple condena por un asesinato y se le achacan otros tres crímenes. Se hizo famoso al escapar a balazos de la policía por los techos de La Legua hace un tiempo.

Como la mayoría de los narcos, el clan de “Los Gálvez” se caracterizaba por tener una cachá de propiedades, parcelas y autos de lujo, siempre a nombre de terceras personas.

Además, se iban en patota de vacaciones a lugares exóticos y bacanes como San Alfonso del Mar en Algarrobo.

Tenían varios caballos finasangre y cuando se iba de carrete se encerraba en locales ABC1, donde  ponía candado para que sus invitados no fueran molestados.

Tras su detención, el tongua pidió a su parentela que le llevaran ropa de marca para ir al control de detención. “No voy a entrar con cualquier cosa”, gritó a los cuatro vientos, antes de quedar enterito a disposición de la justicia.