Hasta seis palos en elementos de seguridad para practicar deportes en moto se puede gastar una persona, pero los sabuesos de la PDI cacharon que en el barrio Meiggs los ofrecían por apenas 140 lucas.

Eso sí, estos productos para proteger el pellejo que incluían marcas como Monster, Fox y Transformers eran más mulas que boletas ideológicamente falsas, informó a La Cuarta el comisario de la Brigada Investigadora de Delitos de Propiedad Intelectual, Pedro Barros.

En el local Inversiones y comercializadora Ferromax, ubicado en la calle Unión Latinoamericana, pillaron cascos, guantes, pedaleras, pecheras y hasta aromatizantes de pinitos Car Freshner. “En total se trataba de más de 12 mil productos falsos que de acuerdo al valor de venta no superaban los seis millones de pesos cuando su valor original pasa con tranquilidad los 80 millones”, aseguró el comisario Barros.

El policía señaló que la situación es ultra grave porque un accidente en moto, por pequeño que sea, con estos artículos de seguridad falsificados y sin ninguna garantía de seguridad puede ser mortal. “Una polera, unas zapatillas o hasta un casco de bicicleta falsificados son un delito, pero no necesariamente el comprador pone en riesgo su vida cuando los usa creyendo que está protegido”, advirtió Barros.

Agregó que muchos de estos productos son ofrecidos en redes sociales “de ocasión” y son vendidos como originales tanto en Santiago como en regiones por revendedores y la gente que usa motos o practica motocross, por ejemplo, no tiene idea en el tete que se está metiendo y más encima se lanza a practicar deportes con una falsa seguridad.

“Un botón de muestra es que después de decomisar los productos falsificados, los apilamos en un estante y se nos cayó un casco desde una altura aproximada de metro y medio... se rompió como si nada, ¿Se imagina este artículo en un accidente? No quiero ni pensar”, comentó alarmado el comisario.

Por esta razón y aprovechando la tribuna del diario pop, el policía llamó a la población a verificar el origen de algunos de estos elementos de seguridad, particularmente si los adquirió como una ganga en el local de Meiggs o través de un tercero por internet.

Hasta ahora no se tiene claro el origen de los productos chantas, pero de acuerdo a la investigación se estima que son de origen chino, el mismo de la dueña que fue detenida y que tiene pendiente una cita con la fiscal Giovanna Herrera Andreucci, de la Fiscalía Regional Metropolitana Zona Centro Norte.