Un conductor de la locomoción colectiva que fue trasladado por Carabineros hasta el consultorio La Estrella de Pudahuel para practicarle la alcoholemia tras protagonizar un accidente sin mayores consecuencias, sembró el pánico la noche del sábado entre el personal paramédico y los pacientes que esperaban atención en el lugar, cuando le arrebató su arma de servicio al funcionario a cargo de la diligencia y amenazó de muerte a quien trató de evitar su fuga.
Tras 10 minutos de extrema tensión el delirante personaje que, víctima de una depresión endógena transformó un hecho intrascendente en una tragedia, se suicidó ante la mirada aterrorizada de una treintena de personas que, consternadas por la experiencia, vieron la escena.
POLICÍA
Según el comandante de Carabineros Renato Avello García, prefecto de servicios de la Prefectura Occidente, los hechos se iniciaron luego de que a las 21.30 horas funcionarios del cuadrante se dirigieron hasta el sector de las calles Serrano y Chañarcillo, donde un motociclista, identificado como Jorge Antonio Candia Velásquez (40) había impactado por la parte posterior al automóvil conducido por José Martín Luna Osorio. Como el motorista presentaba evidentes signos de ebriedad, ambos fueron trasladados hasta la posta del sector .
"El primero en ser atendido fue el chofer del automóvil. Enseguida ingresó Candia, acompañado de un carabinero (identificado por La Cuarta como Ronald Cárdenas Pacheco). La ocasión fue aprovechada por el motorista para arrebatarle su arma de servicio al policía y amenazar a todos los presentes. Luego se dirigió a la estancia donde se encontraba Luna Osorio, con la clara intención de dispararle. Enseguida, tras ser disuadido, fue hasta la Sala de Espera, donde había unas 30 ó 40 personas, a quienes insultó e intimidó con el arma. En medio de ese incidente decide suicidarse y se dispara en la cabeza".
Dijo que las responsabilidades del personal son investigadas y el caso quedó en manos de la Fiscalía Militar.
SICÓTICO
"Este fue un acto imprevisto. El motorista no estaba detenido; esa diligencia es algo común, por lo cual la actitud de este señor resulta inexplicable, salvo desde el punto de vista médico. Según testigos él comenzó poco a poco a ofuscarse, a vociferar, hasta que estalló de la forma en que conocemos", explicó el oficial de policía.
El médico de turno del consultorio, doctor José Andrade, dijo a La Cuarta que Candia Velásquez ya estaba en el box cuando sufrió el ataque.
"Él hizo el estado sicótico mientras era atentido en la Sala de Reanimación. 'Por las puras me detuviste', le dijo al carabinero y le arrebató el revólver. Y así comenzó todo", explicó el facultativo.
PESE A SEPARACIÓN, LA VÍCTIMA RESPONDÍA COMO UN HOMBRE
Según Francisco Candia Díaz (19), hijo del suicida, su padre se encontraba enfermo desde hace mucho tiempo.
"Anoche me enteré de su muerte gracias al oportuno aviso de un amigo. Supe que había estado toda la tarde compartiendo con sus colegas, y luego se dirigió hasta su casa en su moto, una Lifan patente RE-897", relató a La Cuarta el adolescente.
Los familiares, especialmente el padre del occiso, quedaron destrozados por la muerte de Jorge Antonio Candia, cuya enfermedad tenía preocupados a todos.
"Se separó de mi madre hace como un año, pero seguía colaborando conmigo y mi hermana de 14 años, mientras que mi madre ponía el resto de lo necesario para vivir trabajando en una empresa de aseo", sostuvo el lolo.
Según el joven, su padre -empepado y todo- se ganaba la vida como conductor "de Buses Metropolitanos", una línea que atiende uno de los troncales del Transantiago.
"Él estaba en tratamiento. Tomaba varias pastillas al día pero a pesar de todo conducía el bus y luego, en sus horas libres, la moto".
Colegas del extinto dijeron al diario pop que Candia era un siete, aunque en los últimos meses estaba muy afectado por su enfermedad.
"Se nos empezó a ir para adentro. Nosotros tratamos de animarlo pero todo era inútil. Él nos dijo que se separó porque su señora no le aguantó la enfermedad, que venía arrastrando desde hace muchos años. Es falso que se haya derumbado porque se "abrieron". Jorge Antonio llevaba la procesión por dentro. Muchas veces nos dijo que lo único que quería era puro morirse", relató a La Cuarta, uno de los compadres del chofer.
"Ayer se le vio especialmente alegre. Nos juntamos con algunos amigos y la pasamos bien. Es falso que haya estado curado. Sólo se tomó una copas porque, de lo contrario, ¿cómo habría podido montarse en su moto?, alegó otro de los contertulios.
Manuel Vega O.