"Maldito imbalido morivundo cada ves estoy más serca no terminarás el semestre sin que te raje el paño..."

Ésta es una de las tantas amenazas, con faltas de ortografía de bruto o de vivo en plan de despiste, que recibió Sebastián Contreras (22), estudiante de Terapia Ocupacional en la Universidad Andrés Bello, antes de que fuera atacado el pasado 22 de agosto.

Según su madre, Lina Benavides, ese día Sebastián fue al baño de la universidad, cuando dos desconocidos aprovecharon de pegarle en la cabeza y clavarle una jeringa en el cuello.

Como el chiquillo, además de usar silla de ruedas, padece de Linfoma no Hodgkin -un tipo de cáncer-, fue internado de inmediato en la Clínica Las Condes. Está en la Unidad de Pacientes Críticos, en estado de gravedad.

Su madre agregó que el vil ataque del lunes fue sólo el corolario de tres meses de incesante bullying por parte de uno o varios cobardes que se escudan en el anonimato para atormentarlo.

"En uno de los mensajes que recibió le dicen que lo atacan por ser inválido. Que no iban a permitir que un discapacitado fuera a la universidad", contó afligida su madre, que no se explica cómo Sebastián, que es un chico ejemplar, puede ser blanco de tanto odio.

Los atacantes, no contentos con asediarlo en Facebook y mails, mandaron anónimos a la casa.

"Hemos tenido que cambiarnos dos veces de domicilio, porque siempre se las arreglaban para saber dónde vivía... Incluso, le decían que lo tenían vigilado y que sabían con quién se juntaba y a qué hora", relató desesperada.

Lina sólo espera conocer la identidad de los que hicieron la maldad para que enfrenten la justicia. La denuncia ya está en manos de Fiscalía Oriente.

Pero el "Seba" no está solo. Paloma Ortiz, del Centro de Alumnos de Terapia Ocupacional, le dio todo su apoyo y aseguró: "Nosotros queremos dar con los responsables y que paguen por lo que le hicieron".