Crónica

Comerciante japonés fue masacrado en su propio restaurante

Casi ocho años viviendo en Chile y cinco a la cabeza de su restaurante "Saska" llevaba el comerciante japonés Kasuiko Mitsuguchi, de 56 orientales primaveras.

Ayer, su ayudante de cocina chileno se extrañó de que el negocio estuviera cerrado cuando llegó a laburar en la mañana. Entró al local y en la cocina encontró tirado en el piso, atado de pies y manos, el cadáver de su patrón.

Peritos de la Brigada de Homicidios de la PDI confirmaron más tarde que el empresario nipón había sido asesinado de, por lo menos, 18 puñaladas.

CUMPLIDOR

Don Kasuiko era soltero y no tenía familiares en nuestro país.

Vivía al interior del restaurante, instalado en una casa situada en avenida Vicuña Mackenna 5343, en la comuna de San Joaquín, a pocos metros de Departamental.

"Era un hombre muy tranquilo, simpático, amigable y trabajador", contó a  La Cuarta su compatriota Nori Kono, un joven que lo conocía y que iba al local a comer "sushi", la especialidad del maestro de cocina.

El restaurante, "para servirse y llevar", no abría los lunes, por lo que no extrañó a los vecinos la ausencia de Mitsuguchi.

De acuerdo al estudio del sitio del suceso hecho por los funcionarios de la PDI, el o los autores del crimen eran conocidos de la víctima e incluso departieron con él antes de asesinarlo.

Prueba de ello es que en un mesón de la cocina había botellas de cerveza y vasos servidos, elementos que ahora son sometidos a peritajes de huellas para identificar a los presuntos homicidas.

Recién cerca de las 23 horas de ayer el cadáver del japonés fue retirado por el Servcio Médico Legal.

En las afueras de la casa-restaurante sólo estaban presentes carabineros, el diario pop y la dueña del inmueble junto a un familiar.

Ellos se mostraban conmovidos por el brutal crimen del arrendatario, de quien guardarán el mejor recuerdo por su comportamiento ejemplar.

"Como buen japonés era muy responsable y tranquilo. Jamás hubo problemas con él", afirmó un joven que acompañaba a la propietaria y pidió reserva de su nombre.

Gastón Saravia N.

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