Crónica

Conoce cómo flaites 2.0 cuentearon a inocentes petazetas

Hurgando datos desde la comodidad de internet, en plena cana chilensis, cumas 2.0 cacharon la mano pa' conseguir datos personales de sus víctimas españolas a quienes hicieron caer en clásico "cuento del tío".

Así lo detalló la policía uniformada, quien entregó detalles de cómo operaba la banda que hizo caer en la estafa a 25 familias petazetas, en la que el secuestro de un ser querido fue la historia a relatar, logrando "ganancias" por más de 13 millones de pesolios.

"Los datos personales antes los conseguían mediante la modalidad del concurso de televisión. En ella los delincuentes solicitaban vía teléfono información de la familia de la víctima y luego un cómplice llamaba y usaba estos datos para conseguir un botín. Hoy en día la gente está más confiada y entrega muchos datos a través de la web y estos quedan disponibles para ser mal utilizados", explicó el mayor Marco Jiménez del OS-9 de Carabineros.

El poli indicó que sociedades como las españolas son muy similares a las de por acá, y destacan por lo confiado de sus honestos ciudadanos a la hora de caer en este tipo de estafas.

"Por lo general usan a menores y gente de la tercera edad para conseguir información, gente que es vulnerable para caer en estos delitos. Hay otros casos en que los dueños de casa no se saben ni el nombre completo de sus asesoras de hogar, lo que las hace potenciales víctimas ya que no comparten con ellas para que no caigan en esto", agregó Jiménez.

Respecto al delito ocurrido en España, pero que se craneó posiblemente desde alguna cana criolla, el uniformado contó que ya se está trabajando con los polis hispanos a través del consulado.

El delito paso a paso

Búsqueda de Internet

Los cumejas para cometer sus delitos, buscaban los datos personales de sus víctimas españolas rastreando en páginas de internet, o en redes sociales, donde se conseguían números telefónicos y detalles específicos como nombres y si tenían hijos.

La llamada

Con el número de teléfono en la mano, los malandras llamaban a sus víctimas, siempre con el apoyo de familiares y compañeros de delito, que facilitaban teléfonos o se encargaban de llamar directamente. En la previa hasta aprendían a imitar el acento español para hacerlo más creíble.

El cuenteo

La clave del éxito era cuentear a las víctimas, inventando coartadas, como que tenían secuestrado a un familiar, o que un miembro de su familia había sufrido un accidente. En ese momento exigían un monto de dinero en efectivo.

Depósito del dinero

Las víctimas que compraban las chivas, tenían que depositar el dinero en una cuenta que siempre eran de familiares y conocidos de los patos malos, quienes se encargaban de retirar el dinero. Se investiga ahora dónde estaban esas cuentas y si eran de Chile o de otros países.

Los afectados

En total, las víctimas petazetas afectadas por los chanchullos de los delincuentes chilenos sumaron un total de 25, a quienes le lograron robar un total de 13 millones de pesos.

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