Uno de los cambios más resistidos, y que más dio que hablar en el plan Paso a Paso durante los últimos días, fue el de permitir que personas puedan asistir a misas o cultos religiosos, tanto en lugares abiertos como cerrados.

La medida, pese a las críticas, ha sido defendida por el gobierno. El vocero Jaime Bellolio, por ejemplo, habló en Tolerancia cero de Chilevisión:

"La libertad de culto es parte de la esencia de las constituciones en todas partes del mundo y eso es algo que es relevante también sobre todo cuando viene un mes en que es Semana Santa, no sólo para los católicos, sino que es para las personas de la fe", explicó la decisión del cambio.

Y luego agregó: "No he visto ningún paper científico que diga que eso (el contagio) pasa en las misas o en otros ritos religiosos".

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Esto último, sin embargo, no es así. La propia Organización Mundial de la Salud (OMS) fue quien publicó una guía donde asegura que se han registrado brotes de covid-19 en cultos religiosos y otras actividades similares, sobre todo cuando éstas se desarrollan en lugares cerrados.

"Se han notificado brotes en restaurantes, ensayos de coros, clases de gimnasia, clubes nocturnos, oficinas y lugares de culto en los se han reunido personas, con frecuencia en lugares interiores abarrotados en los que se suele hablar en voz alta, gritar, resoplar o cantar", indicó el organismo en el documento.

Otras investigaciones, como la realizada en la revista Nature, que se titula "Potencial de agrupamiento y superpropagación de las infecciones por SARS-CoV-2 en Hong Kong", de igual manera apunta al cierre de lugares religiosos: los sindica como zonas de contagios.

"Los esfuerzos para el control de enfermedades deben centrarse en el rastreo rápido y la cuarentena de los contactos confirmados, junto con la implementación de políticas de distanciamiento físico que incluyan cierres o medidas de capacidad reducida dirigidas a entornos sociales de alto riesgo como bares, bodas, sitios religiosos y restaurantes para prevenir la ocurrencia de una superpropagación", se puede leer en la publicación.

Brotes del virus se han originado a partir de cultos religiosos en numerosos países, como Alemania, España, Corea del Sur o Uruguay. Chile vivió un caso similar en una iglesia evangélica en San Pedro de la Paz, en marzo de 2020. También en Osorno, en esa fecha.