A veces la compra de medicamentos puede ser más dolorosa que la misma enfermedad. Sobre todo si está corto de lucas y su salvador remedio no está al precio que usted estimaba.

Para que pueda cotizar bien y ahorrar unos pesitos, el Ministerio de Salud realizó un sondeo sobre 12 medicamentos. La gracia es que en el análisis constató importantes diferencias de precios entre los productos de marca y sus bioequivalentes.

El sondeo se realizó a 12 remedios de amplio uso por los compatriotas para tratar depresión, diabetes, hipertensión, epilepsia y drogas inmunosupresoras. Los precios se recogieron en locales de las farmacias Cruz Verde, Ahumada y Salcobrand en la Región Metropolitana.

Cache que, por ejemplo, el estudio arrojó que al preferir un medicamento bioequivalente por sobre el de marca una familia puede ahorrar anualmente entre $69.040, en el caso de un fármaco para tratar una  insuficiencia cardíaca, y hasta $2.518.620 en el caso de drogas inmunosupresoras.

Según, la investigación, en el caso de una droga inmunosupresora, que requieren de por vida las personas con trasplante de órgano, si opta por el bioequivalente (Tacrolimus) que tiene un valor de $540.445 por caja,  por sobre el de marca (Prograf ) que alcanza un valor de $750.330 por caja, se  podrá ahorrar 2 millones 518 mil pesos anuales.

Además, si un miembro del grupo familiar consume antidepresivos y elige el bioequivalente Escitalopram por sobre el fármaco  Lexapro, se puede ahorrar 177 mil pesos al año.

El mismo sondeo, dice que en el caso del  tratamiento contra la epilepsia  al comprar el bioequivalente Pregabalyna por sobre el de marca Lyrica el ahorro familiar alcanza 235 mil 416 pesos anuales. Si en el mismo familión otro miembro tiene el colesterol alto y compra el bioequivalente (Atorvastatina) que cuesta $26.335 por sobre el de marca (Lipitor), que tiene un valor de  $47.853, el ahorro anual es de  258 mil 216 pesos anuales.

¿Qué sonx?x

Los medicamentos bioequivalentes pueden ser reconocidos por el sello amarillo que se encuentra en los envases de los productos y que dice bioequivalente.

Este sello garantiza que el  Instituto de Salud Pública avaló que los efectos y el modo en que funciona el medicamento es igualito al producto original o de marca, pero más barato.

El caporal de Salud, Jaime Mañalich, aseguró que la idea es que estas medidas "logren que la población, en particular los más vulnerables y los que sufren de enfermedades crónicas, tengan acceso, ya sea porque se lo entrega al Estado gratuitamente o al menor costo posible en una farmacia".

Sobre la votación del proyecto de ley de fármacos, Mañalich informó que en tanto no se aprueba el texto “la persona va a la farmacia de la esquina y no le dicen el precio porque lo ocultan detrás de la pantalla del computador, se acerca al dependiente que le dice que no hay el bioequivalente y que se lleve otro. Eso no podemos cambiarlo si no tenemos una ley de fármacos que prohíbe la “canela” (incentivo de los laboratorios a los dependientes para fomentar un producto sobre otros) y obliga la prescripción de fármacos genéricos dándole la posibilidad al usuario de cambiar el medicamento por uno que tenga bioequivalencia demostrada”.