Gonzalo Jara es completo. Después de su dedo picarón, ahora el chuncho amenaza con hacer aún más famosa otra parte de su cuerpo. Y no una preciSamente que tenga uña, eh.

Se trata nada menos que de su codo. El mismo que se lo tatuó en el hoci al alemán Timo Werner en la final de la Copa Confederaciones y que, según los árbitros presentes en Rusia, fue la lápida para el sistema de videoarbitraje (VAR), que tanta polémica causó.

"Nosotros no vamos a pasar por ineptos ante millones de personas. Los árbitros tenemos que decidir en décimas de segundo, a velocidad real. Y luego llega el VAR para dejarnos en evidencia. Así que lo mejor es que no pitemos nada de lo que suceda en las áreas, y que el árbitro sea el realizador de televisión. Se sepa o no el reglamento. Que sea él quien elija qué debe rearbitrarse y que no", soltó un saquero anónimo al diario AS de España.

Amarilla

El codazo de Jarita al teutón fue una de las grandes polémicas del torneo, pues en la jugada que ameritaba meterlo preso apenas fue amonestado y, de yapa, el chuncho hasta se dio el lujo de aplaudir al saquero y apenas le mostraron amarilla. ¡Se pasó!