Hasta en Siberia se escuchó la tapa que le hicieron a la defensa de Juan Flores Riquelme, sospechoso del bombazo en Escuela Militar, quien solicitó que lo cambien de cárcel para evitar un supuesto bullying canero.

El 15° Juzgado de Garantía de Santiago decidió que el cabro deberá pasar los próximos 10 meses decretados para investigar en Santiago Uno y no en la Cárcel de Alta Seguridad, como pretendía su defensa.

El imputado pidió que los trasladen debido a que otros internos lo estarían amenazando por la explosión que dejó 14 heridos en el Subcentro de Escuela Militar del Metro.

De acuerdo a los argumentos expuestos por el defensor público, Nicolás Orellana, su representado habría recibido amedrentamientos e insultos, y recalcó que la solicitud de cambio de penal obedece a la necesidad de resguardar su integridad física.

El fiscal Francisco Bravo se opuso a la solicitud de la defensa y enfantizó que todo lo que tiene relación con la vigilancia y medidas de seguridad es competencia de Gendarmería de Chile.

Fregaron

Por otra parte, la Corte de Apelaciones de San Miguel mantuvo la prisión preventiva de Flores y su pareja, Nataly Casanova (25), quienes solicitaron que los dejen con arresto domiciliario.

En la instancia, el defensor Rodrigo Torres argumentó que las pruebas expuestas por la Fiscalía Sur durante la formalización de los tres imputados (Guillermo Durán está con arresto domiciliario) no son concluyentes para establecer la participación de sus representados en los ataques calificados como terroristas.

El fiscal regional Sur Raúl Guzmán, sostuvo ante el tribunal que las evidencias reunidas en la indagatoria bastan para presumir la vinculación de los sujetos en los atentados.

De esta forma, Flores deberá permanecer recluido en la cárcel Santiago Uno, mientras que Casanova continuará en uno de los módulos del recinto penitenciario de San Miguel.

Tras conocer la resolución de la Corte, Torres cuestionó las pruebas del Ministerio Público, y detalló que la tarjeta bip! ofrecida por la Fiscalía como una de las principales evidencias no fue incautada a Flores, sino que a Casanova.

Añadió que tampoco fue encontrado el polerón azul que supuestamente habría utilizado el joven y que se ve en las imágenes de las cámaras de seguridad del Metro.

Guzmán destacó, además, que el tribunal no sólo estimó que la libertad de los imputados es un peligro, sino que representa un riesgo de fuga.