Desde que partió el 2007 durante la primera administración de La Jefa el Transantiago ha tenido caleta de dramas, y en estos días vive otro más.

Resulta que la empresa colombiana Alsacia, que está a cargo del 25% del sistema de transportes, renegoció hace dos años una deuda con bancos gringos y quedó de pagar cada seis meses una cuota de 22 millones de dólares, pero dejó de hacerlo y podría recurrir a la ley de quiebras.

La otra empresa colombiana que está a medio morir saltando es Subus, que está a cargo del 16% de las micros y ya recurrió a la ley de quiebras al deber 180 millones de dólares.

Los trabajadores de Subus están urgidos porque no cachan qué pasará con ellos después que el Décimo Sexto Juzgado Civil de la capital determinara la  reorganización de la firma, y ya no saben quién está a cargo del buque.

Por su micro, el ministro de Transportes, Andrés Gómez-Lobo, hizo un llamado a la calma. Dijo que si cachan que hay posibilidad de que los buses se queden en las garitas van a tomar medidas para evitarlo. “Contamos con las herramientas en caso de haber algún riesgo a la operación como nombrar un administrador provisional”, dijo.

El ministro, además, considera que la culpa de la crisis de las empresas es de ellas por su mal servicio y gestión. También anunció que la licitación para el próximo año contempla empresas más chicas con un máximo de 800 micros.