Con la tarasca abierta quedó ayer un  piño de obreros que trabajaba en calle Pedro Montt, en pleno centro de San Antonio, cuando en medio de las faenas les cedió la losa de la avenida y se encontraron a boca de jarro con un  túnel.

Eran las 13.30 cuando los titanes dieron con el elaborado conducto que con precisión ingenieril llevaba curiosamente a dos bancos: el Falabella y Condell.

Lo cuático es que los establecimientos financieros se encuentran ubicados a unos 50 metros de donde comenzaba el forado. Obra que tenía dos metros de profundidad  por dos de ancho y un avance de un poco más de 10 metros.

Pillaron hasta chelas

Carabineros de la SIP, que realizó las pericias correspondientes dentro del túnel, dio con palas y un intrincado sistema de iluminación, integrado incluso por baterías conectadas a ampolletas. ¡Esa onda!

“Sacan el camión para verificar qué pasó y se dan cuenta que el terreno cedió a raíz del peso. Es un trabajo aproximado de tres o cuatro días por la cantidad de distancias que habían recorrido con los trabajos”, explicó el capitán Renato González, comisario de San Antonio.

Y como no todo es pega, los malandras incluso tenían adentro botellas de chelas pa’ refrescar el güergüero mientras hacían el hoyo.

“Se están haciendo diligencias y peritajes pendientes para determinar posibles responsables. Eso está en materia de investigación y en revisión”, agregó el poli.

Los verdes al final cerraron la investigación, porque no se pudo saber quiénes fueron los topitos, autores de la obra gruesa.

Otro hoyo

Este caso hizo recordar a uno similar que quedó al descubierto en la ciudad de Coronel, región del Biobío, a principios de este mes.

Acá un grupo de cumas se choreó 49 palos desde la bóveda del BancoEstado, en un operativo que habría durado todo un fin de semana a más de 150 metros de profundidad. Tampoco se logró dar con el paradero de los mineros.