Si su jefe lo echa de un día pa' otro sin que hubiese olor a despido, ¿le dan ganas de  quedarse en la oficina? Lo más suave es pegar un portazo y jugar a los dardos con un poster gigante del canalla.

Pero en Colo Colo parece que viven en Saturno. Porque ayer tempranito se supo que Blanco y Negro le pidió a Fernando Astengo la renuncia, lo que desayunó hasta a los mismos jugadores. En una charla de hora y media con ellos, les comunicó que no iba más. La lógica entonces indicaba que era la última práctica del León en el primer equipo.

Eso hasta que salió el presi Gabriel Ruiz-Tagle a contar las condiciones de la decapitación de Astengo. Para empezar, metió la mula con que "el cuerpo técnico presentó la renuncia en forma voluntaria". Obvio, queda feo decir "les dimos la PLR por pencas", pero al final se dio la voltereta y dejó en claro que se aburrieron del discreto desempeño del equipo y fue una decisión conversada, onda "lleguemos a un acuerdo: ¿Te vas o te vas?".

Lo peor pasa por el insólito acuerdo que alcanzaron para el despido. El León y todo su cuerpo técnico volverán a las cadetes. Pero no al toque. ¿Por qué? Porque mientras buscan reemplazante para Astengo, el entrenador interino será... ¡Astengo!

"Le solicitamos que se quede acompañando el equipo mientras llega su reemplazante", comentó Ruiz-Tagle. "Seguimos a cargo por los próximos dos partidos", contó el entrenador en referencia a los duelos ante la Unión de este viernes y de la décima fecha ante O'Higgins.

Y aunque suene más insólito que burro con 5 patas, lo cierto es que es poco serio seguir en un lugar donde no te quieren. "Es que seguimos ligados contractualmente", explicó Astengo, aunque claramente queda como la mona al aceptar ser su propio parche.

Lo único claro es que el club "necesitaba corregir rumbos, es nuestra obligación" y que "es importante explotar el talento y potencial que tenemos en el plantel", como dijo Ruiz-Tagle. Es decir, en buen chileno en el directorio se aburrieron del cornetismo que se estaba viviendo en el Monumental.

La última profecía del León degollado

"Cuidado, no corran que se pueden caer", advirtió Fernando Astengo al choclón de camarógrafos que se peleaban por un mono del León al término del entrenamiento. Y efectivamente se cumplió su profecía, porque dos compadres aterrizaron de hocico en el suelo.

"Ni que fuera pitoniso", agregó Astengo, lo que desató las tallas de toda la prensa que reporteaba la noticia. "Si hubiese anticipado así de bien los partidos no lo habrían echado", contó uno, mientras otro le avivó la cueca con un "podría dedicarse a adivino en vez de entrenador". Lo cierto es que el pituto de Nostradamus no le vendría mal ahora.

Gazale: "Es incómodo para todos"

Como patá en la guata cayó en el plantel la PLR a Astengo. Y uno que dio la cara fue Daud Gazale, jugador pedido por el propio Astengo. "Estoy sorprendido y tengo pena porque él me trajo", contó el delantero.

Lo peor de todo es que "en el grupo siempre pensamos que todo estaba bien. Es incómodo, pero es una decisión de los dirigentes y uno está para jugar y sumar".

Sobre cómo se veía el León en la práctica, aseguró que "molesto, como a cualquiera que lo marginan de sus funciones".

El Bichi se cachiporreó

Más de algún iluso pensó que Astengo viraba para que llegara  de vuelta con la aureola en la cabeza el Bichi Borghi. Pero desde Argentina el Parrillero aclaró que "eso no es cierto, no tengo pensado regresar a Colo Colo".

Además, se cachiporreó por los dos años y medio que estuvo al frente del Cacique. "Esto demuestra lo difícil que es dirigir ahí por la presión que tienes. No cualquiera está capacitado para ese desafío", contó.

Felipe Escobillana P.