Cualquiera diría que los jugadores de Universidad Católica no pueden dormir pensando en la velocidad del Choro. Hernández, obvio. O quizás que Marcelo Salas, el enchufador natural del Bulla en los clásicos, los tiene asistiendo al proctólogo. Imagine usted el porqué. Pero nada de eso es cierto. Los cruzados exhalan optimismo y confían en que su power ABC1, el que los tiene un puntito por sobre la "U", bastará para roncar en Ñuñoa esta tarde.

¿Entonces qué demonios hacían los jugadores en misa, ah? La pregunta puede tender a la blasfemia, pero para los dirigidos del Pino Carvallo el tema es simple: Había que festejar los 71 años de la Ponti, pos ñatito. Por eso, el lunes recién pasado y ayer, una vez finalizada la práctica hasta donde llegaron unos cien hinchas, el plantel asistió al culto religioso y hasta participó de una cena donde abundaron las sopaipas y los tapaditos de mortadela.

Y aunque no faltaron los atrofiados neuronales que habrían apostado que los paltones igual le pidieron una paleteada al Pulento, Darío Bottinelli se encargó de aclarar que no hay necesidad de chuplicar por una victoria divina, pues la Cato llega mejor al clásico. Es que hay gente muy mal pensada.

POR UN PUNTITO

"Hemos sido más regulares y eso se nota en la tabla, donde estamos arriba la 'U'. Eso significa que Católica ha hecho bien las cosas, pese a que tuvimos viajes, partidos por Copa Libertadores... En general, creo que estamos mejor nosotros", reiteró el argentino, quien fue blanco de las críticas azules que pusieron el clásico al rojo.

Albert Acevedo, en tanto, descartó haberse preparado física y mentalmente para un duelo face to face con algún jugador del Chuncho. "No hay nada predeterminado ni he pensado si va aparecer Salas, Villalobos... Sólo creo que éstos son partidos cerrados", señaló el cabro, mientras que Roberto Gutiérrez advirtió que "no vamos a salir a especular,".