"Dudo que sanción fuera igual si la víctima es hija de un ministro"

El asesinato del menor Juanito Miranda Soto, el 27 de septiembre de 2002, en San Antonio, cuando apenas tenía 12 añitos, pasará a la historia criminal chilena como un caso único.
Si bien la justicia ya estableció la responsabilidad de su padre, Patricio Miranda Sáez, y de su actual esposa, Nevenka Beltrán Mira, en la muerte del niño, aún no es identificado, y menos aún detenido, el autor material del hecho, y no faltan quienes creen que éste no existe.
Tras un proceso de 7 años, la madre de la pequeña víctima, Cecilia Soto Riquelme, fue notificada por su abogado de la condena en segunda instancia de la Corte de Apelaciones de Valparaíso, que el 20 de agosto sentenció al hombre a 10 años de cárcel y a la mujer a 8, pese a que habían sido condenados a perpetua simple y 10 años, respectivamente.
NACIMIENTO
Juanito nació de una relación que Cecilia mantuvo con Miranda y que se quebró al segundo año cuando el hombre se volvió adicto a las drogas.
A mediados de los 90 su ex pareja se casó con Nevenka. Fue por entonces cuado Cecilia ganó una pensión alimenticia de 18 lucas para Juanito. El hombre pagó hasta que Nevenka, lo convenció para que dejara de cancelar y el hombre empezó a acumular una deuda que se convirtió en millonaria.
"Siento que mi hijo descansa en paz y que su muerte no quedó impune" dijo a La Cuarta, Cecilia sobre la escuálida sentencia.
El niño desapareció el 26 de septiembre de 2002 cerca de las 8 de la mañana, camino a su escuela. "Ese día se preparó, se miró al espejo, se arregló, se echó perfume y se fue. Nunca olvidaré ese último momento", rememora triste Cecilia.
Cerca de las 3 de la tarde la mujer se enteró de que su hijo nunca llegó a clases. Así se inició una desesperada búsqueda por San Antonio y sus alrededores.
El 5 de octubre Cecilia junto a familiares, vecinos y amistades, estaba en esa tarea, cuando un mensaje de voz en su celular la dejó sin aliento. Había novedades y debía ir urgente al Hospital de San Antonio.
"Me mostraron ropa, la mochila, cuadernos, llave y una moneda de 100 pesos, todo era de mi niño", recuerda Cecilia.
Ahora dice estar un poco más tranquila, pero disconforme con la pena aplicada a los que ella apuntó desde un primer momento como los autores del vil crimen.
"Gracias a Dios no me equivoqué sobre los responsables de la muerte de mi hijo. Pero dudo que esta sanción sería la misma si la víctima hubiera sido la hija de un ministro o de alguien importante, por ejemplo".
QUERELLANTE: "APOSTARON POR LA IMPUNIDAD"
Después de leer una y otra vez la sentencia condenatoria de Patricio Miranda y Nevenka Beltrán, como autores inductores del crimen del niño, el abogado Pedro Piña Mateluna (en la foto) se mostró insatisfecho.
"Uno, como abogado, siempre tiene expectativas en un caso tan terrible como éste de que la sanción hubiera sido más ejemplarizadora".
Para el abogado, al inicio de la investigación que realizó la policia de San Antonio, hubo falencias importantes que impidieron contar con pruebas concluyentes.
"La decision de secuestrar al menor y quitarle la vida, no es tomada en el acto sino en días anteriores al hecho. Siendo un crimen planificado, apostaron a que no serían descubiertos. Apostaron a la impunidad", sostiene Pedro Piña.
NEVENKA, LA "CEREBRO" DEL HORRENDO CRIMEN
El apremio económico que enfrentaba Patricio Miranda Sáez, producto de una demanda de pensión alimenticia superior al millón de pesos que interpuso en su contra Cecilia Soto Riquelme, su ex pareja y madre de Juanito, detonaron en su cerebro el macabro plan para sacarse de encima las exigencias económicas, eliminando al objeto de las demandas.
Para el Ministerio Público, todo apunta a que Nevenka Beltrán Mira, esposa de Patricio Miranda fue quien -gracias a su experiencia como secretaria de un abogado y su familiaridad con el personal judicial-, elaboró paso a paso un plan criminal a prueba de errores que los dejara fuera de toda sospecha.
Para concretar el delito, según la fiscalía, ambos investigaron el domicilio del menor, intimidaron reiteradamente a la madre de éste e incluso intentaron secuestrar y matar al niño contratando para tal fin a un sicario, el que a última hora se arrepintió de realizar el "trabajo".
Lo anterior provocó un cambio de planes. Así la pareja se construyó una coartada sustentable y creíble a la hora en que desapareciera Juanito: Juran que estaban en Viña del Mar.
El 26 de septiembre de 2002, el pequeño fue raptado, acuchillado y posteriormente dejado en un peladero vecino al vertedero municipal de San Antonio.
Allí fueron encontrados sus restos, 10 días después de su desaparición, el 5 de octubre.
La investigación concluyó que el matrimonio Miranda Beltrán fue inductor de homicidio calificado en contra de Juanito Miranda Soto, sin que se lograra establecer la identidad del verdadero autor del crimen.
Á.Espinoza/ M.Vega
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