El actor porno no sirvió

Una vez, en un viaje fuera del país, tuve la brillante idea de meterme con un actor porno.
Si sé, es como tener relaciones con un prostituto, pero en este caso era gratis y andaba ganosa de conocer otro tipo de experiencias en el amorsh.
La cuestión es que cuando me dijo al rubro al que se dedicaba, lo “guglié” y después de verlo en acción con una rubia pechugona, decidí que tendría sexo con él.
Antes de juntarme con él, me armé con una caja de 12 condones XL y partí a la guerra. Fuimos juntos a una fiesta y después de un par de tragos, me lo llevé a mi hotel. Mi anhelo era ser igual que esa rubia pechugona que tuvo como 10 orgasmos en 5 minutos.
En el hotel, mi galán siguió tomando mientras yo me preparé con todos los accesorios que compré junto a los forritos de látex: un baby doll, un látigo y hasta unas esposas.
Al fin, cuando estuve lista, me lancé al encuentro de mi máquina sexual, pero para mi mala suerte, cuando me lancé a la conquista, el gallo ya estaba raja.
Por más que lo traté de despabilar, no hubo caso. Ni él ni su muñequito famoso reaccionaron. Un fiasco.
De todas formas guardé los accesorios, ya me servirán en el futuro con algún galán, que quizás no sea actor porno, pero al menos estará despierto.
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