No son los porotos ni las humitas ni el curanto ni la cazuela. El único plato auténticamente chileno es el charquicán. ¡Y no hay más!

La pulenta la contó ayer el chef David Barraza en la tercera celebración del Día de la Comida Chilena que, por decreto presidencial, se conmemora todos los 15 de abril.

Barraza recordó que el origen del charquicán se remonta a la época precolombina y contó que los indígenas lo preparaban sólo con papa y zapallo molido y charqui.

"Recién con la llegada de los españoles se le agregaron condimentos como el comino, ya que no le hallaban mucho gusto", comentó el chef.

Barraza dijo que con el pasar de los años al charquicán le fueron poniendo nuevos ingredientes como choclo y porotos verdes, "pero su esencia sigue siendo la papa, el zapallo y la carne deshidratada, nada más".

El profesional de la cocina recalcó que el charquicán siempre debe ser considerado como plato principal y nunca como acompañamiento. ¡Nunca!

"En el norte, por ejemplo, la gente lo come con arroz y en la zona central y en el sur le ponemos un huevo encima, pero siempre teniendo el charquicán como plato principal", dijo Barraza.

Sin embargo, alegó el chef, los cuicos se pusieron lesos y ahora ocupan el charquicán como acompañamiento, "y más encima lo sirven en unos timbales minúsculos o con huevitos de codorniz".

"El charquicán hay que comérselo en platadas servidas hasta el borde, con un huevo grande o una chuleta de cordero. Nada de pichiruches ni platos pintados", dijo Barraza.

El reconocido chef es uno de los directivos de las Tocas Blancas y ayer encabezó el Día de la Comida Chilena en el Duoc de Alonso Ovalle, donde es director de la carrera de Gastronomía.