Sabuesos de la BIPE mandaron al quinto infierno a una religiosa banda de estafadores, cuyo guía espiritual era conocido en el ambiente delictual como "El Cura".

El cristiano fue identificado como Manuel de las Mercedes Moraga Alarcón (en la foto) (72). Junto a él cayó  María Cristina Pino Benítez (34) y Omar Adriano Pino Coli (55).

Según la investigación de los peritos, desde hace dos años Moraga se sentaba religiosamente afuera de un puesto de aceitunas en La Vega, a pasos de las calles Lastra y La Paz, para ayudar a los pecadores que clamaban por una expiación de sus pecados y, de pasadita, pedían licencias de conducir o permisos provisorios chantas.

Tras escuchar las súplicas, el piadoso tata caminaba hasta "el convento", donde falseaba la papeleta, la firma del juez y la secretaria. Luego entregaba el chanchullo por la módica suma de 15 lucas.

Para borrar cualquier duda sobre su procedencia, "El Cura" sellaba el papel con un timbre mula del       20° Juzgado del Crimen.

Apenas fue agarrado por las manos de los ratis inquisidores, "El Cura" miró al cielo y exclamó "Padre, perdónalos, porque no saben lo que hacen".

Moraga tenía una pena en 2003 por el mismo cargo, pero tropezó con la misma piedra.

El subprefecto Víctor Carriel aseguró que todavía faltan varios cómplices por agarrar, además de las máquinas impresoras. La banda arriesga 5 años de reclusión por el delito de falsificación y uso malicioso de instrumento público.