El héroe azul venía en frasco "Pitufo"
Los corazones azules estaban tan apretados como los quetejedi. Era el último penal, el decisivo, el que podía instalar a la "U" en su cuarta semifinal de Copa Libertadores.
La responsabilidad la asumió Gustavo Lorenzetti, un pequeño volante que desde que llegó a la tienda bullanguera se ha hecho un verdadero gigante, brillando en los momentos en que el "Romántico" más lo ha necesitado.
Pero era anoche, cuando caminó desde la mitad de la cancha y acomodó el balón, en el instante en que los azules querían ver al "Pitufo" convertido en el "Pequeño Juan".
El zurdo miró fijo, acomodó la redonda y remató abierto con el borde interno de su ñurda milagrosa. El portero se equivocó rotundamente en su elección, para felicidad del pueblo azul y del propio Gustavo Lorenzetti, pues esa pelota no sólo besó la red, sino que puso a la "U" cara a cara con Boca Juniors, equipo con el que dirimirá su paso a la finalísima de la Libertadores, instancia desconocida en los 85 años de historia del Bulla.
El "Gus" lloró cuando la bola se metió al fondo y cambió los nervios de todo el Nacional por un jolgorio histórico, un desahogo luego del partido más duro de la "U" de Sampaoli.
Y razones tenía pa'l llanto. "Era la primera vez en mi vida que pateaba un penal", lanzó el rosarino, que pese a eso tuvo el coraje pa' patear el definitivo.
"Estoy emocionado, patear el quinto penal y darle el triunfo a la 'U' fue un momento precioso", ahondó su alegría el "Gus". Pero la alegría dura poco, ya que hay que pensar en los xeneizes. "Viene Boca, palabras mayores. Va a ser un partido muy lindo", remató el pequeño héroe.
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